Este Ceuta está dispuesto a morir matando. Si no que se lo
pregunten a sus tres últimos rivales, ante quienes los
ceutíes han enlazado, por primera vez en la temporada, tres
victorias consecutivas, una vez asumido que no se iba a
lograr el objetivo de jugar la fase de ascenso. La primera
víctima fue un Granada 74 que tiene pie y medio en Tercera
División, la siguiente un Racing Portuense que ayer consumó
el descenso y la última una Balompédica Conquense que podía
ponerse a un punto del cuarto puesto y ahora se tendrá que
conformar con pelear por un billete para la Copa del Rey. Un
premio menor que los de Carlos Orúe tienen un poco más
cerca, tras ganar en el Municipal de La Fuensanta haciendo
un partido práctico que se decidió en apenas dos minutos. El
intervalo de tiempo que tardaron en marcar Javi Navarro y
Álvaro los dos únicos goles de un encuentro típico de la
categoría.
La balanza se decantó del lado caballa cumplida la media
hora, cuando dio sus frutos la insistiencia de los ceutíes
en volcar el juego por banda derecha, donde Elvis conectó
con un Villatoro con espacios. El canterano, que ganó la
línea de fondo, colgó un esférico que Álvaro dejó pasar en
el primer palo, Elvis no acertó a conectar en el centro,
pero sí Javi Navarro en el segundo, donde la empujó con
pierna izquierda haciendo el primero de la tarde. Y en la
siguiente acción, cuando los locales no habían digerido el
tanto encajado, los caballas hicieron el segundo con un arma
imprescindible en el Ceuta de esta temporada: los saques en
largo de un Lledó que, está comprobado, ‘donde pone el ojo
pone la bala’. Y así, una pelota larga del arquero sevillano
provocó el error en el despeje de Fran, aprovechado por
Álvaro para driblar a Raúl y marcar a puerta vacía el
segundo y definitivo. Eso con todavía una hora por delante,
en la que los locales fueron incapaces de encontrar
portería. Y eso que lo intentaron.
Más en la segunda mitad que en la primera, ya que, a pesar
de una salida decidida, el único acercamiento a destacar en
el primer periodo surgió de un fallo de Sandro al despejar
un balón de cabeza, que le quedó franco a un Óscar Silva que
lo estrelló en el lateral de la red. El resto de sus
acometidas fueron en acciones de estrategia, pero sin la
suficiente intención como para perforar la meta visitante.
Incluso en la recta final del primer periodo, viéndose por
debajo en el marcador, los blanquinegros lo intentaron con
incursiones por banda que se estrellaban en la zaga ceutí, y
generando saques de esquina. Sin embargo, con más corazón
que cabeza, no llegaron a poner en peligro la integridad del
marco defendido por Lledó. Algo que sí lograron en el
segundo periodo.
Viendo que a los suyos les faltaba profundidad, Antonio
Cazalilla se la jugó en la reanudación, dando entrada a
Martins en lugar de Víctor, situando a tres puntas con la
consigna de recortar diferencias.Una presión que significó
la lesión de Sergio Castaño, quien a los pocos minutos de la
reanudación se retiró del terreno de juego dejando su puesto
a Juanfran. Pero la realidad era que los locales seguían
siendo incapaces de ver portería, lo que empezó a ponerles
nerviosos y a facilitar la tarea de contención de los
caballas. Quienes incluso pudieron aprovechar los espacios
dejados por el rival para ampliar su ventaja, pero los
ceutíes estaban más preocupados de defender que de atacar,
como demostró Álvaro cuando, sin oposición, se durmió en los
laureles, dándole el balón a la defensa rival.
Una actitud que le pudo costar caro a los de Orúe, ya que
los castellanos no estaban dispuestos a tirar la toalla.
Teniendo en cuenta que, en un saque de esquina, Juanjo pudo
marcar de cabeza, pero su remate se estrelló en el larguero,
botando fuera, despejando Sandro el rechace de cabeza. Poco
antes de que Martins desaprovechara un fallo de Juanfran en
el despeje, y que acabó en las manos de Lledó tras un
disparo flojo. O que, en el culmen de la mala suerte, los
conquenses estrellaran en Javi Gómez una falta botada en la
frontal. Un periodo en el que los locales fueron capaces de
poner cerco al área ceutí.
Volviendo a la carga con internadas como la de Martins, que
se entretuvo ante Lledó, o la más clara de Javi Gómez por
banda izquierda, que se sacó un pase al corazón del área en
busca de Martins. Una pelota que Pepe Martínez despejó ‘in
extremis’, estrellando el esférico en el larguero. Una
acción tras la que los locales asumieron que su marcador se
iba a quedar a cero. Realidad por la que terminaron bajando
los brazos, lo que aprovechó el Ceuta para oxigenarse.
Incluso para, en la recta final del encuentro, prodigarse en
ataque con el disparo lejano de Javi Navarro que rozó el
palo de la portería defendida por Raúl. Aunque los ceutíes
no querían hacer más sangre, ya tenían lo que querían: su
tercera victoria consecutiva.
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