Las Casas Regionales son esas
entidades que tiene la misión de servir de nexo en
territorio ajeno a todos los de una región, provincia o
ciudad “con el fin de que no se pierda la savia del origen y
poder proyectar el acervo cultural propio”. No cabe duda de
que su presencia es siempre beneficiosa por el trabajo que
realizan y que ayuda a estrechar lazos de amistad entre los
pueblos. Oficialmente, Ceuta tenía distribuidas por el resto
de la geografía española un total de seis delegaciones en
Madrid, Barcelona, Sevilla, Cádiz, Algeciras y Melilla. Ayer
la ciudad recibió el feliz acontecimiento de la apertura
formal de una nueva ‘embajada’, también en la vecina
comunidad andaluza, concretamente en la localidad de
Estepona y con la vocación de convertirse en el referente
ceutí para toda la Costa del Sol.
El desplazamiento del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y
su vicepresidente, Pedro Gordillo, junto a varios miembros
más del Ejecutivo local, hasta la localidad malagueña para
participar en el evento fue el menor de los detalles que el
Gobierno ceutí podía tener con ese grupo de caballas que han
mantenido durante los últimos seis años viva la idea de
crear esta nueva Casa regional. El proyecto nació en 2003 en
las mentes de muchos de los que ayer acompañaron a Vivas y
el resto de la comitiva de la ciudad autónoma gracias a la
coincidencia de varios ceutíes residentes en Estepona que
empezaron a celebrar cada 1 de noviembre una de las fiestas
enseña de Ceuta, el Día de la Mochila. Desde entonces ese
germen de la Casa de Ceuta en la Costal del Sol se limitó a
la organización de diferentes actividades de encuentro y
convivencia, pero la Administración local cree que la oferta
ahora podrá incrementarse gracias a la cesión por parte del
Ayuntamiento esteponero de un local social.
La Ciudad debe seguir prestando todo el apoyo que esté en su
mano a este cuerpo diplomático oficioso que tan bien
desarrolla su trabajo al otro lado del Estrecho
transmitiendo la mejor esencia de Ceuta, la de su gente.
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