La Policía Nacional detuvo a las 23.00 horas del jueves a
tres marroquíes después de que robaran una hora antes a un
taxista tras amenazarlo con varios machetes. El colectivo
comunicó ayer que se concentrarán la próxima semana para
sensibilizar a la ciudadanía del “desamparo que sufrimos;
necesitamos más apoyo”.
Antonio Ruiz lleva 17 años en la profesión del taxi y antes
de que cumplir la mayoría de edad se hizo hombre por un
acontecimiento desagradable que nunca olvidará. Flataban
pocos minutos para las 22.00 horas, “yo estaba jugando con
el movil”, estacionado en la Gran Vía. Era el primero de una
larga fila y le tocó montar a tres marroquíes “que hablaban
perfectamente español”. Le indicaron que fuera a la
frontera, pero nada más adentrarse en Martínez Catena el que
iba detrás de Antonio le agarró de la chaqueta, y le pegó la
cabeza en el respaldo a punta de machete. El copiloto se
sacó su cuchillo y el tercer hizo lo propio. El que le
amenazó primero le hizo bajar del coche, le rajó la cazadora
y cuando estaba doblado por la mitad le asestó un puñetazo
en la nuca y lo arrojó a la carretera. Antonio dio el aviso
y la policía Nacional (con la ayuda de la UIR) no tardó más
de una hora en prender a los tres marroquíes.
Eso fue el jueves, ayer, en una rueda de prensa ofrecida por
el colectivo, el presidente de la Asociación Profesional de
Autotaxis, Luis Sarria, comunicó que bien el lunes, martes o
miércoles se realizará una concentración en la rotonda más
próxima al Muelle de España. Cuando Antonio tomó la palabra
para narrar los hechos, se emocionó. Habían pasado pocas
horas. A las 3 de la madrugada salió de comisaria, tras
denunciar los hechos. “Pedí que me dejaran verlos, por lo
menos para reencontrarme con mi orgullo y pedirles cuentas a
la cara, a ver si eran tan valientes sin cuchillos, pero no
me dejaron”, explicó. Lo de menos fue el dinero que se
llevaron, no llegó a 70 euros, lo de más es que se demuestra
una vez más la indefensión de un colectivo que no encuentra
soluciones para impedir sucesos en los que la voluntad de la
fuerza supera a la del conductor. Con la concentración
pretenden sensibilizar a los ciudadanos del “desamparo” que
sufren y repetir a la Policía la necesidad de que sigan
colaborando. Peor más que nada, esta concentración servirá
para dar aliento a su compañero, sentir el calor de la
profesión y devolver a Antonio el orgulló mancillado en la
noche del jueves.
Cuando Antonio se repuso del golpe llamó al 112. La UIR lo
socorrió en seguida y coordinó la intervención de todos los
cuerpos de seguridad ceutíes. “Yo escuchaba las sirenas y
notaba que estaban todos detrás del taxi”, el número 64.
A las 23.00 horas la dotación principal de la Policía
Nacional localizó en las inmediaciones de Benzí el vehículo
robado. La patrulla se colocó a su altura, le indicó que se
detuviera, pero los delincuentes emprendieron la fuga e
incluso embistieron al vehículo para echarlo fuera de la
calzada, aunque sin conseguirlo. La persecución terminó
cuando la policía adelantó al taxi y se cruzó en su camino.
El colectivo dijo ayer que existen pocas soluciones para
paliar su indefensión, puesto que no confían en unas
mamparas demasiado claustrofóbicas para la relación humana.
La implantación del GPS se ve como el mejor remedio.
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