Observo con sorpresa cómo UGT, sindicato al que estoy
afiliado desde hace años, se une a otras asociaciones
radicales en una concentración a favor del aborto en
Albacete.
A los compañeros que dirigen un sindicato que lleva 111 años
defendiendo a los oprimidos, les recomiendo que se acerquen
a la cruda realidad del aborto. En España abortan 120.000
mujeres anualmente, en su mayoría jóvenes, que quedan
traumatizadas pues después de un aborto nunca vuelven a ser
las mismas por mucho que quieran ocultarlo quienes
alegremente invitan a ello. Lo cierto es que detrás de un
aborto hay mucho sufrimiento y dos vidas destrozadas.
Marx, en su libro El Capital, recoge testimonios de niños y
jóvenes explotados en las minas escocesas de carbón y
reacciona frente a la opresión de la que son objeto estos
indefensos frente al poder de los intereses económicos. Hoy
los oprimidos son estas jóvenes mujeres que desfilan al
interior de los abortuorios, víctimas de una sociedad que
primero les vende la falacia del sexo sin riesgos, luego les
niega ayuda ante un embarazo inesperado y finalmente las
empuja contra su voluntad al callejón sin salida del aborto.
No se puede ocultar más la realidad: el aborto es una forma
de violencia machista contra la mujer y un lucrativo
negocio. Y no es una visión particular sino que las crudas
palabras de Margaret Sanger, fundadora de la organización
internacional abortista IPPF, lo confirman: “… al introducir
la mentalidad anticonceptiva en un país, el aborto es el
siguiente paso a seguir. Al fallar el anticonceptivo, la
solución es el aborto. Al salir de sus clínicas de aborto se
les vende más anticonceptivos y si vuelven a tener otro
embarazo pueden regresar a abortar otra vez, volviéndose un
negocio redondo…”
Compañeros de UGT, con los que comparto inquietudes por
mejorar la sociedad: defended de verdad al más débil, al
peor parado de este tema, no sigáis defendiendo a quienes
amenazan a estas mujeres con el abandono sentimental o con
el despido, no sigáis defendiendo a una industria que se
esta lucrando con la muerte de unos indefensos y con el
sufrimiento de sus oprimidas madres.
Mientras lo pensáis, permitid que actúe de acuerdo a mi
conciencia y dadme de baja del sindicato.
* Afiliado de UGT
Miembro de la Junta de Personal de la Junta de Comunidades
de Castilla-La Mancha.
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