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Será la Ciudad Autónoma la que
deba desbloquear las gestiones para que Ceuta disponga de un
Palacio de Justicia adecuado a sus reales necesidades y
capaz de albergar con soltura el amplísimo partido judicial
del que se estructura la ciudad. Si bien, pese a todos los
intentos precedentes, la opción del antiguo Cine Africa
quedó desechada por las condicionantes del Plan Especial de
la Almina y de las propias necesidades de mayor espacio de
la propia administración de Justicia en Ceuta, no es menos
cierto que siempre fue el Ejecutivo local el que quiso
solucionar -en base a su generosa colaboración- el grave
problema que sufren los funcionarios de este Ministerio en
Ceuta, dadas la deficiencias estructurales que se perciben
en una sede que se encuentra desbordada de manera
permanente.Ahora, con el cambio de ministro, la operativa
ministerial quiere retomar con ritmo adecuado lo que el
antiguo equipo (este es el tercero en esta legislatura) ya
venía trabajando. Por ello, la subdirectora general de Obras
y Patrimonio del Ministerio de Justicia también ha podido
conocer y saborear la siempre predispuesta figura del
presidente de Ceuta a cooperar con la Administración General
del Estado en todo lo que el ‘bien general’ demande. Esto
costará no menos de 2 millones de euros que podrían
recuperarse merced a los ingresos por Ipsi de la obra en
cuestión cuando se ejecute. Hablamos del nuevo Palacio de
Justicia para Ceuta en los terrenos de la Comandancia de
Obras. El Gobierno de la Ciudad deberá convencer a Defensa
para que le venda parte de la superficie y ceder,
posteriormente, a Justicia el terreno para la edificación de
la nueva sede. Hace falta que sea Defensa el que también
colabore contando con la figura intermedia de la Ciudad
Autónoma como vía de lograr un acuerdo a tres bandas más
fácil y factible que si tuvieran que aplicarse y entenderse
exclusivamente los dos ministerios, lo que por otro lado
pudiera determinarse por la lógica. Pero la administración
cuenta, a veces, con caminos complicados que sólo con la
buena voluntad, la coordinación, el apoyo y la colaboración
pueden salvarse.
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OPINIÓN / EDITORIAL
