Durante este fin de semana, los delegados diocesanos para
el Clero de Andalucía han mantenido su segundo encuentro
anual en la ciudad, estando presididos por el obispo de
Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos Atienza. Los sacerdotes se
han puesto al día sobre la acción pastoral que cada uno
ejerce en su Diócesis. El tema económico es algo que no se
le escapa a la iglesia, incluso Monseñor Ceballos confiesa
que “la situación económica en la Diócesis de Cádiz y Ceuta
está afectando a un gran número de personas” aunque toda
ayuda es bienvenida y, por supuesto, la recomendación de
Ceballos de destinar parte del salario personal a los más
desfavorecidos; sugerencia que “ha sido todo un éxito”, a
nivel local y nacional.
Pregunta.- ¿A qué fecha se remonta este encuentro anual de
las Diócesis andaluzas?
Respuesta.- Desde hace ya mucho tiempo, cuando se celebró el
Concilio Vaticano II, la iglesia puso un acento muy fuerte
en la vida y ministerio de los sacerdotes. Necesitaban una
actualización para dar respuesta a los problemas pastorales
que iban surgiendo en ese tiempo y por aquel entonces, los
obispos vieron con claridad que era necesaria una atención
especial a los sacerdotes porque en el Concilio habían
salido dos decretos: uno sobre la vida y ministerio de los
presbíteros y otro sobre la formación de los que iban a ser
presbíteros. Para llevar todo esto a cabo surgieron los
llamados delegados diocesanos para los presbíteros.
P.- ¿Qué deben atender estos delegados diocesanos para el
Clero?
R.- Sobre todo, la vida humana del sacerdote, su cuidado.
Además, la vida intelectual de los presbíteros, ya que deben
estar a la altura, de forma permanente, de los tiempos que
vivimos. Otro cosa que deben cuidar estos delegados es la
parte espiritual de los sacerdotes; que sean hombres de fe,
esperanza, caridad, que piden la fraternidad, el servicio al
pueblo de Dios gratuitamente. Y el responsable de todo esto
es el obispo pero él solo no puede, y la ayuda se la ofrecen
los delegados para el Clero.
P.- ¿Y en lo referente a la acción pastoral?
R.- Esto consiste en cómo el sacerdote tiene que llevar a
cabo su ministerio pastoral de atención al pueblo de Dios.
La forma de estar con los niños, con los jóvenes, con los
adultos y mayores, la dedicación y reuniones; en definitiva,
la tarea pastoral. Y siempre estando muy atentos al servicio
para ser buenos pastores como Jesucristo, que es lo que
necesita la sociedad de hoy.
P.- Estos encuentros anuales suelen responder a tres
reuniones en diferentes momentos del año....
R.- Ciertamente. El primero se realiza en noviembre para ver
qué hemos programado para el curso de cara a la atención de
los sacerdotes en sus Diócesis, humanamente,
espiritualmente, intelectualmente y pastoralmente. También
se expone un tema de estudio que siempre llevamos adelante
sobre la vida y ministerio de los presbíteros, por ejemplo,
el año pasado tratamos el tema del apostol San Pablo, por
iniciativa del Papa.
P.- El segundo encuentro, es el que se ha celebrado en
Ceuta este fin de semana.....
R.- Lo hacemos rotativamente, pasando por todas las Diócesis
de Andalucía y Ceuta. Aquí promovemos un cursillo para
sacerdotes que se hace en verano y este año tratará sobre la
eucaristía del domingo, su preparación y cómo la impartimos
para que participe el pueblo. Además se revisa lo que hemos
hecho desde noviembre.
P.- ¿Y el último encuentro?
R.- Lo tenemos en Madrid a finales de mayo y es nacional; se
revisa todo el curso y se plantea ya el tema del curso
siguiente. El Papa quiere que lo dediquemos al sacerdote
porque se celebra el centenario del cura de Ars. Además, de
tratar la influencia del sacerdote en las mutaciones
culturales experimentadas por la sociedad.
P.- Su última Carta Pastoral ha despertado bastante
interés en la sociedad. Una sociedad que vive duros tiempos
de crisis....
R.- La situación económica en la Diócesis de Cádiz y Ceuta
está afectando a un gran número de personas actualmente. La
iglesia siempre ha estado muy atenta a las necesidades de
los desfavorecidos. En este caso se trata de personas que
han dejado de trabajar, que no sólo supone un gran dolor
sino también necesitan ayuda económica. Ya la Administración
trata de darles respuesta pero la iglesia colabora y por
ello en esa carta yo sugería formas de ayudar por medio de
la atención a las familias; qué necesidades tienen y cómo
acompañarlas.
P.- ¿Y qué efectos ha tenido?
R.- Es cierto que se puede llegar a una pérdida de
sensibilidad y pasar de largo pero la iglesia, desde su
pobreza, quiere a ayudar a aquellos que son más pobres que
nosotros. Por ello yo sugería que una forma de paliar la
crisis era destinar, libremente, el 10% del salario mensual.
Y está teniendo mucho éxito, no sólo en Cádiz y Ceuta, ya
que a nivel nacional me informan de que el pueblo se
involucra.
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