El puerto de Ceuta ha marcado los
mejores registros de los producidos en todas las Autoridades
Portuarias de España dado que ha sido junto al puerto de
Vilagarcía (Galicia), el único que ha crecido en todo el
país y ha demostrado con ello que es capaz de deslizarse por
la tremenda crisis que padecen las plataformas logística (macropuertos)
merced a su gestión muy controlada de gastos, inversiones e
ingresos, apostando por ende, por tráficos estables en los
que Ceuta puede aportar calidad de servicio e
infraestructuras.
Siendo así, la particular gallina de los huevos de oro de
Ceuta, que lo es, debe ser especialmente mimada en tiempos
en los que con un buen apoyo interadministrativo puede dar y
ofrecer mayor garantía de éxito al entorno, esto es, a
Ceuta. Siendo como es igualmente un puerto abierto a la
ciudad, su gestión es una sinergia favorable al desarrollo
de ésta sin lugar a dudas.
Mientras, por un lado, gana tráficos con actividad
explícitamente portuarias dominando segmentos estables como
lo es el bunkering [ya es el tercer puerto del Mediterraneo
en este mercado y camina en progresión], creciendo en el de
cruceros y manteniendo sostenido el de pasaje y vehículos,
por otro, puede dar mucho de si a un entorno urbano y a la
ciudad donde se incrusta.
Una favorable política impositiva interadministrativa para
fomentar un mayor desarrollo de economía privada puede
coadyuvar a mayores ingresos por concepto fiscal a la Ciudad
Autónoma. En tanto que en otras capitales de provincia -con
puertos como base de su economía- ‘aflojan’ las cargas
impositivas para lograr un crecimiento mayor de sus
respectivas cajas por el fomento de la inversión privada en
terrenos portuarios, en Ceuta podría estudiarse el modo de
compatibilizar medidas de cooperación parecidas.
El puerto avanza y se posiciona en sus mercados
eminentemente portuarios; buena prueba de gestión adecuada
que recoje frutos en tiempos difíciles como éste.
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