Queda aún en la memoria colectiva de los ceutíes la pequeña
crisis informativa generada alrededor de la aparición en
varias plantas del hospital civil de un brote de
Acinetobacter Baumanii. La rápida actuación de los
profesionales del centro consiguió contener a la bacteria y
evitar nuevos contagios. La aparición en un paciente de la
acinetobacter, como cualquiera otra bacteria, si el contagio
se ha producido dentro de la instalación hospitalaria es un
ejemplo de las llamadas infecciones nosocomiales. Estas
infecciones constituyen, según fuentes sanitarias, una
importante causa de morbilidad-mortalidad hospitalaria que
ocasionan además un gasto adicional en términos de días de
hospitalización y antibióticoterapia. Es por ello que la
Dirección Territorial organiza entre los días 11 de mayo y
30 de junio un curso monográfico sobre infecciones
nosocomiales o intrahospitalarias.
Julián Domínguez, jefe del Servicio de Medicina Preventiva
del hospital y coresponsable del curso, enumeró los más
habituales ejemplos de infecciones nosocomiales: urinarias,
de tipo quirúrgico, de nivel sanguíneo e infecciones
pulmonares. “Las más peligrosas, y por ello las que se deben
controlar a toda costa, son las infecciones por herida
quirúrgica”, señaló el especialista. Para ello, ante la
aparición de una nosocomial hay personal específico
trabajando casi las 24 horas con el paciente afectado. Las
labores son varias, entre ellas el aislamiento del paciente,
el control de limpieza ante toda actuación con este y la
certificación de microbiología ambiental.
Ya entonces, y ahora se vuelve a reiterar, se dijo que la
presencia de las infecciones intrahospitalarias es algo
“casi inevitable”, en palabras del jefe del Servicio de
Prevención del hospital. “Siempre hay que contar con un
mínimo irreductible de casos”. Evidentemente el objetivo de
todo centro sanitario es llegar a un número cero de
infecciones nosocomiales. En este sentido cada hospital
tiene unos márgenes estandarizados de casos. Según explicó
Domínguez, las infecciones por cirujía limpia están en torno
al 0,5% mientras que las de cirujía limpia contaminada,
alrededor del 5%.
Dos son los factores coadyuvantes para la aparición de
infecciones en un paciente hospitalizado: los intrínsecos y
los extrínsecos. Los primeros son inherentes al propio
individuo, como que este sea inmunodeprimido. Es decir, que
esté muy bajo de defensas. Las extrínsecas se relacionan con
los sondajes, las vías periféricas y las intervenciones. La
conclusión es que siempre hay que estar preparado porque en
condiciones extremas siempre puede haber alguna adversidad.
Este curso está dirigido a todo el personal sanitario del
hospital, aunque principalmente a aquellos que durante el
ejercicio de sus funciones desempeñen una atención médica
directa a pacientes, según precisó Julián Domínguez. Este
consideró “todo un acierto” la organización de este curso
por parte del INGESA. Los trabajadores están respondiendo,
ya que ha habido una inscripción “masiva”.
Entre los objetivos que se pretenden conseguir con este
ciclo está: concienciar y formar al personal sanitario
acerca del problema de las infecciones nosocomiales;
capacitar al alumno en todos los campos relacionados con
esta infección; conocer los métodos actuales de vigilancia y
control de las mismas; facilitar las nociones básicas del
abordaje de un brote de infección nosocomial y conocer las
bases del uso racional de antimicrobianos.
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