sociedad - SÁBADO, 18 DE ABRIL DE 2009

CEUTA
Rober Gómez
ceuta@elpueblodeceuta.com

Los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca aseguraron ayer que los cuatro despidos improcedentes que se han llevado a cabo en la institución benéfica son consecuencia de la retirada por parte de la Consejería de Asuntos Sociales de la subvención para el servicio de unidades móviles y reconoce que las indemnizaciones han costado una cantidad mayor que los 21.000 euros que apuntaba la Unión General de Trabajadores (UGT) de Ceuta; “cantidad que no proviene de las otras subvenciones”, aseguraron.

La institución benéfica Cruz Blanca, “sin ánimo de lucro”, aseguró ayer en una nota de prensa, “funciona a base de diferentes programas y subvenciones con las Administraciones”, a través de los cuales, los Hermanos Franciscanos aseguran que se contrata el personal.

Así, Cruz Blanca señala que “cuando un programa desaparece por el motivo que sea, al no contar con financiación extraordinaria se ve obligada a prescindir de su personal adscrito, muy a pesar suyo”.

Se trata, según la institución, de lo que ha ocurrido con los cuatro trabajadores despedidos improcedentemente, ya que “la Consejería de Asuntos Sociales anunció en el mes de marzo la retirada de la subvención para el programa de unidades móviles”.

Cruz Blanca señala que si se hubiera sabido que el programa iba a desaparecer “no se hubiera hecho indefinido al personal de este servicio”.

La institución benéfica reconoce que la cantidad gastada en los despidos es mayor a la que apuntaba UGT Ceuta, que eran 21.000 euros, ya que “no se tiene en cuenta que se han asumido los sueldos y seguros sociales de los primeros meses del año y todo ello sin recibir dinero en compensación de un error que nos es ajeno”.

Asimismo, Cruz Blanca afirma que esta cantidad no proviene de las otras subvenciones o programas firmados con las Administaciones recientemente y que la institución está al corriente de todas sus obligaciones y que tiene justificadas sus ayudas y auditadas sus cuentas.

Por otro lado, ante las críticas sindicales del mal estado de la residencia para los más desfavorecidos, Cruz Blanca no oculta “que nuestras instalaciones sean humildes y que con el paso de los años no sean las mejores, pero sí que podemos decir para tranquilidad de todos que nuestros usuarios están bien atendidos y no se encuentran bajo ningún tipo de riesgo”.

Igualmente, Cruz Blanca señala que “nunca hemos estado sobrados de medios y recursos, ya que siempre que se nos encomienda alguna tarea estiramos al máximo para llegar al máximo de personas”.

No obstante, la institución -que presta ayuda a más de 1.500 personas diariamente– añade que “en la actualidad, en colaboración con la Ciudad Autónoma y el Imserso estamos desarrollando acciones para mejorar y que pronto darán resultados”.
 

Los convenios aportan 3,9 millones de euros a la institución

La institución benéfica de los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca recibe al menos 3.915.000 euros a través de los convenios firmados con el Gobierno de la Ciudad Autónoma, según figura en la Memoria de Programas de Asistencia Social. El más importante de ellos es el que se concede, dentro de los planes desarrollados por la Consejería de Asuntos Sociales, para la ayuda a domicilio, que supone un montante de 3,4 millones de euros. El objetivo de este convenio entre la Ciudad y Cruz Blanca es evitar institucionalizaciones residenciales, prevenir situaciones de crisis familiar, proporcionar capacitación y formación a familias desorganizadas y/o desestructuradas, evitar el deterioro de las situaciones familiares en crisis y elevar el nivel de autonomía e independencia de los usuarios. Por otro lado, Cruz Blanca recibe también 200.000 euros en concepto de albergues, 165.000 euros para asistencia de enfermos psíquicos, 155.000 para la atención a mayores, 150.000 para los alimentos y 15.000 para atención a inmigrantes. El presupuesto total de la Ciudad en los programas de asistencia social es de cerca de 12 millones de euros, destinados para la atención y ayudas directas al colectivo de personas desfavorecidas por los servicios sociales comunitarios a través de actividades encaminadas al apoyo de familias en situaciones especiales, personas discapacitadas, inmigrantes, colectivos de ancianos en situación de dificultad social, fomento del voluntariado y conciliación de la vida familiar y laboral.