La pesadilla ha vuelto a caer como una losa sobre los
vecinos del entorno del Recinto Sur. Los coches han vuelto a
presentar nuevamente papeles de color verde, con la cifra de
90 euros (30 por ciento menos si se abona en 15 días).
Todos los vecinos consultados han padecido o conocen a
alguien a quien han sancionado por estacionar sobre la
acera. El presidente de la Asociación de Vecinos de Recinto
Sur y vocal de Seguridad dentro de la Federación de Vecinos
(FPAV), José María Romero, siempre ha manifestado en sus
declaraciones que los policías cumplen con su deber, porque
los coches no están bien aparcados, pero también ha dicho
que le parece un ensañamiento con los propietarios de los
vehículos, quienes se las ven y se las desean para
estacionar cuando llegan a casa por la noche. Algo similar
ocurrió en otros barrios, como el de Miramar Bajo. La
indignación vecinal provocó que incluso se celebrara una
reunión entre FPAV, Policía Local y Consejería de
Gobernación, que acabó con el pacto verbal de que no se
volverían a multar a los coches que estuvieran estacionado
sobre las aceras. El matiz es que entonces se habló de las
multas de madrugada, ahora, el problema ocurre con la luz
del día, a la hora de comer. Tanto monta, monta tanto. Y es
que, tanto por la noche como a la hora de comer, los
trabajadores regresan a sus casas, para comer o dormir, pero
regresan y tienen que aparcar.
Esta semana han comenzado las obras en calle Molino, lo que
ha supuesto eliminación de plazas de aparcamiento, corte de
la calle en el tramo que desemboca a Recinto Sur y aumento
de multas. La presidenta de la Asociación de Vecinos de
Molino, Dolores Orduña, comentó ayer su descontento por la
situación actual que están viviendo los vecinos. “Algunos me
han dicho que le han puesto multas, pero la Policía debe
tener en cuenta que no hay sitio para aparcar aquí y cada
vez son más coches. Yo me pregunto, ¿dónde aparcamos
entonces?”.
Otro vecino de Molino manifestó a EL PUEBLO su descontento
por la aparición de multas en su coche. En su caso
particular ocurrió el jueves. “Iba a regresar al trabajo a
eso de las 16.30 y me encontré con que me habían multado. Le
pregunté al policía que por qué estaba multando a tantos
coches y me dijo que uno de los presidentes vecinales de la
zona había llamado para que pusieran multas”. Este
propietario asegura que aparcó su coche en la acera que da
al litoral. “El agente me comentó que había órdenes de
multar a todos los coches que se subieran encima de la
acera, porque son nuevas, pero, donde yo estaba subido es un
acerado antiguo, de los que todavía no se han renovado en el
Recinto Sur”.
La dificultad para transitar por Recinto Sur, de un solo
sentido en estos momentos a causa de las obras, “nos obliga
a ir hasta la plaza de los Reyes para buscar aparcamientos
cuando no lo encontramos a la primera”, lamentó Orduña,
presidenta de Molino.
Razones de la Policía Local
Este hecho ha sucedido al menos durante dos días, ayer
viernes, a la hora de comer, apenas había vehículos encima
de la acera. “La gente ha debido tomar nota y ya nadie
aparca ahí, porque ya te digo, que han puesto multas a los
mismos coches dos días seguidos”, comentó uno de los
vecinos. El superintendente jefe de la Policía Local, Ángel
Gómez, aseguró que no se había enterado de este hecho al
haber estado de permiso unos días por motivos personales.
En su ausencia, José Antonio Sorroche ocupa el puesto de
jefe accidental. Éste comentó que la raíz del problema
radica en la invasión de la calzada por parte de los
peatones. “La situación no viene de ahora, es una orden que
se dio hace tiempo, y es que muchas señoras, sobre todo, se
quejaron de que no podían pasar con los carritos de bebés
por las aceras al estar los coches mal estacionados”,
comentó el jefe accidental. “Es cierto que se ha otorgado
una cierta permisividad durante las horas de noche, pero
todo tiene que ir dentro de una lógica. A la hora de comer,
el autobús se queja de que le resulta difícil maniobrar,
además, parte del acerado es nuevo y no podemos permitir que
tenga que ser renovado dentro de dos años otra vez”, añadió.
“Tampoco podemos hacer distingos entre los que copan el
acerado nuevo y el antiguo”, declaró en respuesta a las
quejas de un vecino.
Para terminar dijo que la medida se seguirá aplicando “por
bien de los ciudadanos”.
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La obra del Molino durará 4 meses, “esperemos que sean
menos”
La obra de la calle Molino comenzó
a principios de la pasada semana. Se trata de una acometida
que pretende rebajar el desnivel del último tramo de la vía,
el que desemboca en Recinto Sur. Pero además, se va a
aprovechar para mejorar la pavimentación de la calzada, que
se encontraba muy deteriorada en los últimos meses y, sobre
todo, para renovar todo el entramado de saneamiento. La gran
incógnita que mantienen todavías los técnicos de la obra es
de qué manera va a quedar la calle en su desembocadura una
vez termine la ejecución. Y es que se abren dos
posibilidades, una que pasa por rebajar el nivel de tal
manera que hubiera que ocupar los laterales (aparcamientos
hasta ahora) con escaleras hacia los portales; otra solución
pasa por respetar los aparcamientos y no rebajar tanto el
desnivel. La decisión la tendrán que tomar los técnicos en
las próximas semanas. Lo único que quieren los vecinos es
que la obra no se prolongue demasiado. “Nos han dicho,
cuatro meses, pero ojalá que sean menos, que lo dejen en
tres”, suspiró la presidenta vecinal. La acometida será, en
efecto, de cuatro meses y con un importe que ascenderá hasta
los 379.000 euros, con cargo a los fondos del Plan E.
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