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El presidente de la Ciudad, Juan
Vivas, y su consejero de Hacienda, Francisco Márquez, se
trajeron ayer de Madrid, además del compromiso de recibir
25,5 millones de euros para la ejecución del Plan Estatal de
Vivienda 2009-2012 en la ciudad autónoma, el merecido
reconocimiento del buen trabajo que ese mismo tándem realizó
durante el cuatrienio pasado en la gestión del anterior
programa de actuaciones de este mismo departamento. No todos
en Ceuta han sabido reconocérselo, pero la decisión de
multiplicar las aportaciones y el número de familias que
podrán beneficiarse de ellas durante los próximos cuatro
años por parte de un Gobierno que, además, no tiene el mismo
color político que el ceutí es un doble mérito, del
Ejecutivo local porque lo ha hecho bien, pero también del
central, que también ha sabido obviar el partidismo para
premiar y reconocer el buen trabajo de las Administraciones
con independencia del partido político que ocupe el poder en
ellos. Según los datos facilitados en los últimos días por
la Delegación del Gobierno en Ceuta y por la propia Ciudad
Autónoma el Ministerio de Vivienda benefició a 1.931
familias en Ceuta en el marco del Plan Estatal de Vivienda
2005-2008, diecisiete veces más que lo que lograron las
actuaciones financiadas por el Plan 2002-2005. Durante los
cuatro próximos años y gracias a los 25,5 millones que
percibirá Ceuta, la mitad en los próximos días, serán 3.245
familias ceutíes las beneficiadas, un “salto cualitativo muy
notable” según las palabras que utilizó ayer el propio
presidente Vivas. Las ayudas recogen, además, un amplio
panorama de actuaciones con capacidad aparente para llegar a
los estractos de la población ceutí que más lo necesitan:
los discapacitados, los jóvenes, las personas mayores, las
víctimas de violencia de género, las unidades familiares con
escasos recursos... Que, además, se potencie el alquiler, un
mercado mucho más pujante en el resto de Europa que en
España supone un incentivo extra para pensar que el problema
de la vivienda pueda serlo menos a medio plazo.
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OPINIÓN / EDITORIAL
