Ultimamente, desde UPyD hemos observado cómo se nos está
bombardeando tanto desde el des-gobierno de la ciudad como
desde la no-oposición con la reforma del REF, como medida de
estímulo económico y “anticrisis”.
Ya a casi todos/as nos suenan estas siglas que hacen
referencia al denominado Régimen Económico y Fiscal de la
Ciudad Autónoma.
No es nada nuevo, más bien bastante antiguo. Tan solo viene
a definir los privilegios económicos que los/as
ciudadanos/as de Ceuta disfrutamos por la condición de
residir en nuestro territorio.
Entre otras medidas, como el IVA ceutí desgravado (IPSI),
caben destacar las deducciones de un 50% sobre la Cuota
Íntegra del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas
(IRPF) y del Impuesto sobre Sociedades (IS). Solo estas dos
últimas deducciones dan lugar a que si tengo que pagar 100€
de IRPF solo pague 50€ y, en caso de devolución, me
devuelvan el doble; resaltando el caso de las empresas en el
IS que permite pagar la mitad de impuestos que una empresa
con actividad en, por ejemplo, Algeciras.
Podemos hacernos una idea de lo que supone para una empresa
pagar la mitad de impuestos que su competencia situada a 14
Kms. En principio, acapararía el mercado puesto que podría
vender más barato y ganar lo mismo que su competencia,
¿verdad?. Pues no es así. Esto ya no ocurre en Ceuta desde
los dorados años ´70. Sino todo lo contrario.
¿Cuál puede ser la causa entonces de este estancamiento
económico crónico?
Creemos que fundamentalmente dos.
El progreso de la península y la consecuente modernización
de su mercado; dotándolo de una enorme competencia, así como
los obstáculos a la libre circulación de mercancías y
personas.
En relación con el mercado, los/as empresarios/as de Ceuta
han sido en gran parte responsables de esta situación, no
solo el des-gobierno de la Ciudad legislatura tras
legislatura.
No era normal que un monopolio alimenticio, afortunadamente
ya difunto, nos hiciese pagar a los/as ceutíes 100 pesetas
por un cartón de leche que en la península valía 50 pesetas.
Y esta dinámica prevaleció año tras año justificada tan solo
en los elevados costes del transporte de la mercancía por
mar. Se han hecho fortunas personales y familiares estafando
a los/as ceutíes con productos básicos y no tan básicos y se
pretende seguir enriqueciéndose del mismo modo, con unas
circunstancias totalmente distintas. ¿Alguien puede explicar
cómo es posible que cueste hasta 3.000€ menos comprar un
coche en Algeciras y que te lo traigan a Ceuta, que
comprarlo en Ceuta? ¿Alguien puede explicar cómo puedes
comprar un producto en el Lidl de Ceuta al mismo precio que
en el Lidl de Los Barrios si tan caros son los costes de
transporte que obligan a elevar tanto los precios?
Muy fácil: COMPETENCIA.
Un concepto que en Ceuta no gusta emplear. Ceuta compite
comercialmente con la península y con Marruecos, no solo
consigo misma. Esto es una realidad desde hace años. Con la
península en productos elaborados y con Marruecos en
productos no elaborados y en algunos servicios.
Las instituciones tienen que ser claras y decir la verdad si
se quieren solucionar los problemas y no solo subvencionar
más y más a los/as empresarios/as, puesto que ya ha quedado
acreditado que no funciona ese sistema.
La actividad empresarial es una actividad privada y se rige
por un mercado. Las instituciones deben velar porque exista
una competencia leal y en igualdad de condiciones, de modo
que se remuevan los obstáculos que perjudiquen a unas sobre
otras. Si las empresas no se ajustan al mercado y pretenden
cobrarnos 50 “pesetas” más por un cartón de leche y yo lo
compro en la península porque me cuesta menos y tiene la
misma calidad y esa empresa quiebra, que quiebre. Porque
el/la perjudicado/a en un mercado poco competitivo siempre
es el/la consumidor/a.
En relación con la libre circulación de mercancías y
personas, acabamos de referir que las instituciones deben
remover los obstáculos que dificulten la competencia. En
Ceuta está claro que el transporte marítimo de mercancías y
de personas lo es y enorme.
Que desde la Ciudad Autónoma se considere como servicio
público esencial, por ejemplo, la televisión y no lo sea el
transporte marítimo es vergonzoso, pero lo es aún más cuando
vemos como el Consejero de turno va mendigando con las
navieras y las Agencias de Viajes convenios para bonificar
parcialmente a algunos colectivos, en lugar de tomar las
riendas del asunto y solucionar el principal problema de la
economía ceutí. El coste económico que supondría sería
ínfimo en relación con el beneficio producido a la libre
circulación de personas y mercancías. UPyD desde su
nacimiento en Ceuta ha manifestado repetidamente que la
constitución de una naviera municipal sería fundamental para
una solución económica de la ciudad, unida por supuesto a la
integración en la Unión Aduanera Comunitaria; eliminando esa
aduana que sufrimos personas y mercancías y que hace ya
mucho que solo reporta molestias.
La libre circulación de personas y mercancías con Marruecos
es una postura que parece que el gobierno local apoya y
nosotros aplaudimos. El solo efecto que produjo el rumor en
Marruecos de que sus ciudadanos/as podrían acceder a Ceuta
sin necesidad de visado es ya suficiente para hacerlo
efectivo; teniendo, por supuesto, en cuenta las
repercusiones desde el punto de vista de la seguridad. Los
propios medios de comunicación marroquíes se vieron
sorprendidos por las numerosas consultas que se hicieron a
sus redacciones sobre el asunto.
Por otro lado, España dispone de medios jurídicos, políticos
y diplomáticos suficientes para obligar a Marruecos a
establecer aduanas comerciales en las fronteras con Ceuta y
Melilla. UPyD recuerda que entre sus propuestas está la de
vetar acuerdos comerciales europeos con Marruecos en caso de
seguir dificultando e instigando las relaciones con Ceuta y
Melilla.
UPyD afronta la reforma del REF desde la responsabilidad y
no desde la demagogia y el oportunismo. Plantear el aumento
de las bonificaciones y deducciones de un 50% a un 75% o a
un 100% no soluciona el problema y, además, aumenta nuestros
privilegios de manera injustificada e injusta frente a
nuestros/as compatriotas. Centremos nuestros esfuerzos en
solucionar los problemas no en crear “paraísos fiscales*”.
Todo lo anterior, sin profundizar en otros tantos beneficios
económicos y fiscales que todos/as conocemos como los que
resultan del Plus de Residencia, Impuesto sobre tabacos,
alcohol y gasolina, reglas de origen, etc.
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