Aunque por la mínima y en los
minutos finales. Era en el tramo de los equipos débiles,
pero que ha resultado tan poco productivo como ante los de
arriba.
El Granada 74, de todos los de abajo, ha sido el único que
no logró ni un solo punto ante el Ceuta, es la excepción que
confirma la regla a los traspiés del equipo caballa, que con
los grandes no sacó nada y con los chicos iba perdiendo casi
todo.
Una victoria fuera de casa, hace dos semanas, hubiera
significado mucho. Ahora ya vale muy poco, tal vez para
ascender un puesto, posiblemente otro si el domingo se gana
a otro de los que están en zona de descenso, el Portuense, y
poco más.
Razón tenía el colega que hace seis semanas, cuando aún
quedaban muchas jornadas por disputar, y decía en uno de
esos partidos en los que el Ceuta andaba de cabeza:” Este
año vacaciones desde primeros de mayo”. Y así va a ser,
porque salvar 9 puntos, cuando tan sólo faltan 12 por
disputar, sería un milagro y más milagro todavía, al tener
que jugar fuera, ante el Conquense, con sus aspiraciones aún
y ante el Melilla, con todas las aspiraciones para ser el
4º.
Terminar pronto implica que a mediados de mayo ya se puede
haber dicho a los que no van a seguir que busquen equipo, a
los que sí seguirán, que cuando vuelvan no se hayan dedicado
a coger kilos de más y a aquellos que se quiere incorporar
para la próxima temporada, que se cuenta con ellos, si el
acuerdo económico se lleva a cabo.
Todo esto es muy bonito, como ejemplo, puesto sobre el
papel, pero ... ¿Qué se saca positivo de esta temporada?.
Poca cosa, en realidad, porque si dejamos de lado las dos
primeras jornadas con sendas victorias en esos dos partidos
iniciales, luego ya se ha ido de mal en peor, y eso que el
grupo de este año, sobre el papel, quitando a Cádiz y
Polideportivo Ejido, no eran nada.
Y a las pruebas me remito, por cuanto el Real Jaén ha sido
la única sorpresa, en tanto que cinco o seis equipos:
Marbella, Melilla, Puertollano, Conquense y Guadalajara que,
a priori, no contaban para nada, hasta ahora han sido
capaces de aventajar al Ceuta y para que las dificultades
lleguen hasta el final, el último partido del Ceuta será en
el campo del Melilla, mientras que el penúltimo fuera de
casa será en Cuenca.
Los números que tendrán que hacer en el Ceuta son muchos,
los cálculos para ver qué es lo que se quiere y que es lo
que se puede serán interminables. Los fondos de los que van
a partir creo que no serán superiores a los de este año,
porque la crisis afecta a todos y además de esto ¿En qué
manos se van a poner para confeccionar un buen equipo?. Ahí
está el principal problema, tras el último fracaso con José
Enrique Díaz, que creyó haber formado un equipo para
pasearse por la categoría y, a la larga, ha sido uno de
tantos o un poco menos de eso.
Lo he dicho ya en varias ocasiones, desde mediados de
temporada: de las tres premisas indispensables para poder
triunfar, el “querer”, el “saber” y el “poder”, falló
estrepitosamente una “el saber”, porque querer sí parece que
se quería, poder, también, se hubiera podido con un poco de
tacto y con conocer el terreno que se pisaba, pero “el
saber” fue el punto duro que llevó, hasta hoy, al fracaso,
si llega algo mejor, con sumo gusto lo proclamaríamos, pero
el camino que se torció, ahora ya no se puede enderezar en
tan poco tiempo.
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