Con el Llano Amarillo a escasos centenares de metros y los
pies de Franco, arriba en San Antonio, sobre sus cabezas,
esperando aún a que se decida qué hacer con ellos, el
socialismo ceutí conmemoró ayer con flores la efeméride del
78 aniversario de la proclamación de la II República. Desde
primera hora de la mañana el cementerio de Santa Catalina
vio pasar por sus pasillos a ex militantes del PSOE ceutí; a
la cúpula actual del partido encabezada por su secretario
general, José Antonio Carracao; y a los principales
dirigentes de UGT en la ciudad autónoma con Antonio Gil a la
cabeza.
Los sindicalistas se limitaron a rendir homenaje a los 156
sepultados en la fosa común del camposanto con un gran ramo
de rosas rojas que depositaron sobre los cubos que sirvieron
para adecentar el lugar hace ya casi tres años. Después,
ante una pequeña bandera republicana allí colocada, el
secretario general del sindicato, Antonio Gil, destacó la
“emotividad” del acto. “Este es un día para recordar lo que
no tiene que volver a ocurrir nunca”, dijo el ugetista,
quien recordó que “no se pueden apagar las ideas ni asesinar
a la gente por ellas, menos aún cuando apuestan por la
libertad y por la democracia”.
“Espero que esta jornada sirva para reflexionar sobre el
ejemplo de todos aquellos que dieron su vida por la
democracia y por la libertad, a quienes es justo homenajear,
aunque sea durante unos minutos y con unas flores”,
concluyó.
Pocos minutos después de que Gil, Juan Carlos Pérez, Eloy
Verdugo y José Mata abandonaron Santa Catalina llegaron al
mismo lugar varios miembros de la Ejecutiva del PSOE de
Ceuta encabezados por José Antonio Carracao, al que
acompañaron José María Mas, Milagros García, Clemente
Cerdeira padre e hijo, Juan Díaz Triano y María Sánchez
Miaja, entre otros dirigentes locales, así como varios
representantes de Juventudes Socialistas y de las bases de
ambas organizaciones.
La comitiva repartió también flores sobre la fosa común y
después se dirigió a varios puntos especialmente simbólicos
del cementerio como los nichos donde reposan María Miaja, el
ex alcalde socialista de Ceuta David Valverde, el alcalde
republicano Antonio López Sánchez-Prados y tres miembros de
Juventudes asesinados durante la Guerra Civil.
En el transcurso del recorrido Carracao hizo un alto para
poner de relieve a los periodistas lo “simbólico” de la
efeméride para su partido y su militancia. “Las personas a
las que hoy homenajeamos, con justicia, lo dieron todo,
incluso su vida, por el partido y por las ideas
progresistas, de izquierda y de los demás”, subrayó el
secretario general socialista, quien insistió en la
necesidad de que los jóvenes socialistas como él “tengan
presente” el modelo que aquellos les dieron.
Cada 14 de abril se conmemora la fecha en la que se inicia,
en 1931, la Segunda República Española, el Estado
democrático y republicano que existió en España hasta el 1
de abril de 1939, fecha de la victoria definitiva del bando
insurgente en la Guerra Civil Española que siguió al Golpe
de Estado del 18 de julio de 1936.
Durante este periodo los sucesivos gobiernos intentaron
hacer progresar el país con reformas y medidas más
igualitarias para todas las clases trabajadoras. Se
intentaron llevar a cabo reformas de toda índole en
distintos sectores. Algunas, como la reforma agraria entraba
en conflicto con los sectores conservadores causando más
crispación y enfrentamiento social.
El 9 de diciembre de 1931 se aprobó la Constitución de la
Segunda República, que supuso un avance notable en el
reconocimiento y defensa de los derechos humanos por el
ordenamiento jurídico español y en la organización
democrática del Estado: dedicó casi un tercio de su
articulado a recoger y proteger los derechos y libertades
individuales y sociales, amplió el derecho de sufragio
activo y pasivo a los ciudadanos de ambos sexos mayores de
23 años y residenció el poder de hacer las leyes en el mismo
pueblo.
, que lo ejercía a través de un órgano unicameral que
recibió la denominación de Cortes o Congreso de los
Diputados y, sobre todo, estableció que el Jefe del Estado
sería en adelante elegido por un colegio compuesto por
Diputados y compromisarios, los que a su vez eran nombrados
en elecciones generales.
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