Quedan apenas unos días para que Ambrosio Martín
Villaseñor cumpla su primer año al frente de la Comandancia
de la Guardia Civil de Melilla. Un periodo que no ha sido
fácil, porque ha coincidido con un incremento de la presión
migratoria traducido en nuevos intentos de entrada masiva y
una época problemática en la vigilancia fronteriza de los
distintos puestos. Pero en este tiempo también se han dado
episodios muy gratificantes, como los mayores alijos de la
historia reciente de la Comandancia el pasado verano y la
desarticulación de la mayor red de tráfico de inmigrantes en
Melilla en el marco de la ‘Operación Gaviota’. Ahora, un año
después de su llegada a Melilla, es hora de hacer balance.
PREGUNTA- Quedan apenas unos días para que se cumpla su
primer año como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil
en Melilla. ¿Cuál es el balance que podría hacer de este
tiempo que ha transcurrido en su nueva responsabilidad?
RESPUESTA- ¡Parece mentira lo poco que dura un año! Mi
balance es positivo, porque ésa es mi tendencia natural.
Pero han ocurrido demasiadas cosas... evitables algunas,
imprevisibles otras, alguna tremendamente dura. Esta
entrevista me da la oportunidad de reflexionar sobre este
periodo de tiempo y me doy cuenta de que ha sido un año muy
denso.
P- ¿Cuáles han sido las prioridades que ha tenido en su
gestión al frente de la Comandancia?
R- No he hecho especial hincapié en prioridades concretas.
Lo primero que hice fue ver, oír y callar. La herencia que
había recibido era muy generosa y el peso de esa ‘corona’
constituía mi primera preocupación. Había que mantener ese
nivel, mejorarlo siempre es difícil. Pensar otra cosa sería
una pedantería, pues quienes me han precedido, salvo
matices, piensan como yo, tienen la misma formación que yo,
son más experimentados que yo por ser más antiguos y, lo que
es mas importante: han tenido el mismo equipo humano que
ahora tengo la satisfacción de encabezar. Esta institución
nuestra está tan bien concebida, que funciona a pesar de
cualquiera de nosotros. Todos somos muy necesarios, pero
ninguno imprescindible. No obstante, objetivos aparte, me
preocupa dar una respuesta muy profesional en todos nuestros
actos. A estas alturas de curso, la demanda de la sociedad
exige de nosotros que cuidemos nuestra formación de manera
permanente, empezando por la imagen, siguiendo por las
formas, etc.
P- Su llegada a Melilla coincidió con el asesinato de un
guardia civil melillense, Juan Manuel Piñuel, a manos de
ETA. Aunque ese tipo de terrorismo no afecta tanto a
Melilla, nuestra ciudad siempre ha sido sensible al
terrorismo islamista. ¿En qué situación nos encontramos
actualmente? ¿Existe alguna alerta activada en este momento?
R- No estoy de acuerdo con Vd. El terrorismo nos afecta a
todos siempre, cualquiera que sea su procedencia (ETA,
GRAPO, etc.) Y digo etcétera porque no se me ocurre otra
denominación para referirme al llamado terrorismo islamista.
En el Islam no soportan que se utilicen denominaciones
propias de sus creencias para hacer referencia a fanatismos
y a grupos que fomentan, practican y aplauden el uso del
terror. ¿Le parece que nos refiramos a ello como integrismo
radical? Para responder a su pregunta, la situación actual
es de normalidad. Hoy estamos mejor preparados para afrontar
y atajar cualquier atisbo de amenaza de esta naturaleza y
nuestra misión es detectarla y abortarla antes que se
produzca. Afortunadamente nuestras preocupaciones no son
ajenas a los países de nuestro entorno que, como en el caso
de Marruecos, están respondiendo inequívoca y
contundentemente a quienes traten de perturbar la paz.
P- En su caso, llama la atención que pidiera el destino
de Melilla tras haber prestado servicio en la ciudad en
2005, consciente de que esta Comandancia es especialmente
compleja y peculiar por los numerosos frentes que tiene
abiertos. ¿Melilla ha sido para usted un reto o una
oportunidad para avanzar en materias que quizá son más
desconocidas en otras comandancias?
R- Es cierto que me propuse pedir Melilla una vez que pasó,
como suele ocurrir frecuentemente, de ser la gran
desconocida a ser un objetivo profesional y personal muy
deseable. Como Comandancia de la Guardia Civil, Melilla
tiene unas peculiaridades muy marcadas, pero por lo demás
tampoco es tan diferente de otras. Le recuerdo que mi
anterior destino fue Alicante, que también es ribereña del
Mediterráneo, con una problemática que guarda similitudes en
algunos frentes a la de Melilla. Pero sí, efectivamente es
para mí un reto que voluntariamente pedí. Teniendo en cuenta
aquel viejo principio de ‘ten cuidado con lo que pides, que
te lo pueden dar’ espero no defraudar las expectativas de
quienes han depositado en mí la confianza del mando de esta
Comandancia.
- Es la primera vez que usted asume la responsabilidad de
una Comandancia. ¿Qué tal le está resultando la
experiencia?- No es mi primera experiencia en el mando de
Comandancia, pues he desempeñado estas funciones con
carácter accidental e interino en las comandancias de
Guipúzcoa y Alicante. Como experiencia, es un reto para el
que nos hemos preparado largamente. La soledad del mando,
como la del corredor de fondo, es relativa, pues uno nunca
está del todo solo. La parcela que no comparto con nadie es
la de la responsabilidad, ésa es sólo y exclusivamente mía.
En todo lo demás agradezco y busco la opinión compartida, la
sabiduría, el consejo, la experiencia de quien pueda aportar
algo a la toma de una decisión. Todos los días aprendo cosas
nuevas de cualquiera de los que formamos esta Unidad.
Llegados a la toma de la decisión, vuelvo a ser yo quien
asume las consecuencias que de ello se deriven, sobre todo
para mal.
P- En este tiempo que lleva como jefe de la Comandancia
han vuelto a producirse intentos de entrada masiva de
inmigrantes por la frontera de Beni-Enzar y el Río de Oro.
Aunque la situación se ha normalizado en los últimos meses,
¿hay posibilidad de que vuelvan a registrarse nuevos
intentos?
R- Es difícil que vuelvan a producirse episodios de entrada
masiva de inmigrantes. Bueno, ése es nuestro deseo y el de
las autoridades marroquíes quienes, cuando compartimos
reuniones de trabajo en asuntos de servicio y les exponemos
nuestro punto de vista sobre este gravísimo problema, nos
recuerdan que Marruecos es quien soporta la mayor carga en
este asunto. No les falta razón. Están haciendo un gran
trabajo que agradecemos. Actualmente, la presión migratoria
cuyo objetivo pudiera ser Melilla, gracias al gran esfuerzo
de todos, pero muy especialmente de la Gendarmería Real, la
Policía y la Mehadnía de Marruecos, se decanta más por el
uso en minoría de determinados métodos (dobles fondos,
embarcaciones de proximidad, el clásico nadador, etc.) para
lograr su fin, o intentarlo por otras latitudes con menos
presión. El drama de la inmigración es un problema que
precisa ser acometido en origen.
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