Por fin. Ya era hora de que la AD Ceuta volviera a ganar un
partido tras siete jornadas sin lograr el triunfo. No porque
todavía existan opciones de disputar la fase de ascenso -que
al contrario de lo que digan las matemáticas, no las hay-
sino por lavar la imagen de un club otrora acostumbrado a
ser temido y que, coincidiendo con el tramo más importante
del campeonato, se ha dedicado a arrastrarse por los
terrenos de juego. Una práctica reciente que obligaba a los
ceutíes a sacar la casta para doblegar a un Granada 74
inmerso en la lucha por la permanencia, y de paso embestir
las críticas surgidas desde la propia entidad que hablaban
de falta de profesionalidad de algunos jugadores.
Comentarios que quedaron atrás gracias al solitario gol de
Onyema Elvis en las postrimerías de un encuentro con
alternativas en el que pudo ganar cualquiera y que estuvo
marcado por las condiciones del terreno de juego.
Un campo de césped artificial y reducidas dimensiones que
tuvo mucho que ver en la lesión del colegiado extremeño
Jesús Gil Manzano, quien tuvo que ser sustituido por su
asistente Olivera Vázquez a la media hora de partido,
disputándose los sesenta restantes sin trencilla en la banda
de preferencia. Esperpéntico. Un espectáculo propio de una
competición de barrio que de la Segunda División ‘B’.
Afortunadamente, esto no afectó al devenir de un encuentro
con opciones para unos y otros a lo largo del tiempo
reglamentario.
El comienzo fue para los ceutíes, quienes a las primeras de
cambio se hicieron con la posesión de esférico, intentando
entrar por las bandas, colgando balones que no encontraban
rematador. Probando fortuna con disparos como el de Álvaro,
demasidado cruzado, el de Villatoro, desde la frontal que no
encuentró portería, o el de Onyema Elvis, quien se aprovechó
de una serie de botes irregulares para ganarle la espalda a
Pepe y sacarse un disparo bien dirigido que Camacho desvió a
saque de esquina. Eso en jugada, mientras que, a balón
parado, David Fas intentaba sorprender desde lejos colgando
balones con los que Camacho apenas pasaba apuros.
Eso hasta cumplirse la media hora de partido, cuando el
colegiado se retiró al caer lesionado, propiciando que los
caballas perdieran la concentración. Pasando el control del
encuentro a los locales quienes, de ahí al descanso,
pudieron mover el marcador a su favor. Primero la tuvo Juan
Moreno al rematar en posición escorada, encontrándose con
Lledó. Eso antes de que Nino estrellara el esférico en la
madera o que lo volviera a intentar Juan Moreno al levantar
el esférico por encima de Lledó, paseándose el cuero por
delante de la portería, antes de que la sacara Ángel Moreno.
Una presión de los de Carlos María Rodríguez que prosiguió
con el remate de cabeza de Guerra que salió por la línea de
fondo. En cambio, el que no acertó a conectar con la testa
un pase de David Fas fue Elvis, en la última ocasión de los
suyos del primer periodo.
La segunda mitad arrancó por los mismos derroteros que el
primer tiempo. Dominio territorial de un Ceuta que lo
intentaba con el único argumento de acciones a balón parado
en forma de lanzamientos lejanos y saques de esquina botados
por David Fas, insuficientes para inquietar a Camacho. Por
lo que Carlos Orúe se decidió a mover el banquillo, con la
intención de dotar de mayor mordiente a los suyos. El
primero en ingresar en el terreno de juego fue Carlos
Valverde, sustituendo a Álvaro. Un ex-bético por otro que no
sirvió para cambiar el decorado.
Cuando pudo cambiar drásticamente el panorama fue al
decretar el colegiado un penalti a favor del Granada 74 por
mano de Ángel Moreno a lanzamiento de Gúmer. Pena máxima que
blocó Lledó tras un mal lanzamiento de Sergio Molina, ex
jugador de la AD Ceuta. Una oportunidad desaprovechada por
los locales, a quienes les pasaría factura. Ya que a partir
de ahí el duelo se puso de color azul, que es como vestían
los ceutíes.
Sin gozar de ocasiones claras de gol, los caballas lo
intentaron por mediación de Javi Navarro al recoger un balón
suelto en la frontal del área cuyo remate no encuentró la
escuadra de la portería nazarí. Por lo que siguió el
carrusel de cambios, entrando Alberto por Villatoro y Anxo
por David Fas, probando alternativas en la zona de ataque.
Hasta convertirse los últimos veinte minutos en un auténtico
‘correcalles’ en el que ambos equipos intentaban mover el
electrónico. Aunque sin éxito.
Hubo que esperar a la recta final del encuentro para que
Anxo controlara un balón largo y, con calidad, se la dejara
a Elvis quien, llegando desde atrás, la empujó al fondo de
las mallas. Anotando un gol que el nigeriano no celebró por
respeto a su ex-equipo pero que sirve para romper una racha
de casi dos meses sin ganar. Así, ocho jornadas después, la
AD Ceuta resucitó.
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