Noche de luna llena, cielo despejado y público en las
calles. Ceuta tenía ganas de revivir una Semana Santa
completa, sin censuras climatológicas. El gentío que
abarrotó las calles durante la tarde del Jueves hizo un
receso en la noche para cenar y reincorporarse a la Madrugá.
María Magdalena se sumaba al austero paso del Descendimiento
y abigarraba aún más de figuras el paso, dotando a la
Hermandad de más riqueza visual. La talla esculpida por
Manuel Téllez fue la principal novedad de esta procesión en
2009, en las que también se estrenaron cuatro ménsulas del
canasto. La nueva imagen se situó en la zona media de la
composición, desplazada a la izquierda y con una túnica
morada, además de un cíngulo en el que combinaron los
colores oscuros con el rojo.
La salida procesional se ha vuelto mágica en el oratorio.
Tan solo son tres los años que lleva el señor naciendo en la
noche de la Madrugá desde la Plaza de Santa Cruz y el
recogimiento ha despertado en el público el respeto y la
admiración hacia la cofradía. Hace poco tiempo que el propio
presidente de la Ciudad inauguró el pasaje del Silencio,
especie de túnel desde el que el paso de misterio del
Descendimiento se introduce en el abismo ceutí, desde el que
se incorpora a la reminiscencia de la madrugada del Viernes
Santo. El Señor ha muerto y José de Arimatea y Nicodemo
trasladan al Santo Sepulcro a un Cristo que yacerá en
Jerusalén y que resucitará días más tarde, mostrando sus
llagas y secuelas.
Sobre el trono lucieron el Cristo del Buen Fin, Nuestra
Señora María Santísima de la Concepción, San Juan, José de
Arimatea y Nicodemo.
En el día de ayer, la junta de gobierno de la Hermandad
todavía no había podido hacer balance de la sensación que
había despertado María Magdalena entre los fieles. Sin
embargo, su hermano mayor, José María Aguirre, mostraba su
satisfacción ante el notable aumento de público en las
calles y destacaba tres estampas particulares del recorrido.
La salida y la llegada, con el silencio por testigo y con el
público como juez de un cortejo que sigue siendo de los más
esperados en la noche ceutí. Además, la bajada por la calle
Revellín, con el ensanchamiento en la plaza de la
Constitución, encumbraron a la cofradía, este año sin la
amenaza de la lluvia.
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