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sociedad - DOMINGO, 12 DE ABRIL DE 2009


el descendimiento. a. samiñán.

VIERNES MADRUGADA
 

María Magdalena luce ante el público con la procesión del Descendimiento

El cortejo salió por tercer año consecutivo desde el oratorio de Santa Cruz, esta vez
sin el acecho de la lluvia y generando un respetuoso silencio secundado por los fieles
 

CEUTA
Luis Parodi

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Noche de luna llena, cielo despejado y público en las calles. Ceuta tenía ganas de revivir una Semana Santa completa, sin censuras climatológicas. El gentío que abarrotó las calles durante la tarde del Jueves hizo un receso en la noche para cenar y reincorporarse a la Madrugá.

María Magdalena se sumaba al austero paso del Descendimiento y abigarraba aún más de figuras el paso, dotando a la Hermandad de más riqueza visual. La talla esculpida por Manuel Téllez fue la principal novedad de esta procesión en 2009, en las que también se estrenaron cuatro ménsulas del canasto. La nueva imagen se situó en la zona media de la composición, desplazada a la izquierda y con una túnica morada, además de un cíngulo en el que combinaron los colores oscuros con el rojo.

La salida procesional se ha vuelto mágica en el oratorio. Tan solo son tres los años que lleva el señor naciendo en la noche de la Madrugá desde la Plaza de Santa Cruz y el recogimiento ha despertado en el público el respeto y la admiración hacia la cofradía. Hace poco tiempo que el propio presidente de la Ciudad inauguró el pasaje del Silencio, especie de túnel desde el que el paso de misterio del Descendimiento se introduce en el abismo ceutí, desde el que se incorpora a la reminiscencia de la madrugada del Viernes Santo. El Señor ha muerto y José de Arimatea y Nicodemo trasladan al Santo Sepulcro a un Cristo que yacerá en Jerusalén y que resucitará días más tarde, mostrando sus llagas y secuelas.

Sobre el trono lucieron el Cristo del Buen Fin, Nuestra Señora María Santísima de la Concepción, San Juan, José de Arimatea y Nicodemo.

En el día de ayer, la junta de gobierno de la Hermandad todavía no había podido hacer balance de la sensación que había despertado María Magdalena entre los fieles. Sin embargo, su hermano mayor, José María Aguirre, mostraba su satisfacción ante el notable aumento de público en las calles y destacaba tres estampas particulares del recorrido. La salida y la llegada, con el silencio por testigo y con el público como juez de un cortejo que sigue siendo de los más esperados en la noche ceutí. Además, la bajada por la calle Revellín, con el ensanchamiento en la plaza de la Constitución, encumbraron a la cofradía, este año sin la amenaza de la lluvia.
 

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