Es lo que parece interesar a la
Dirección General de Tráfico, en cuanto va a haber un poco
de movimiento en un fin de semana largo, o en el comienzo de
las vacaciones.
La pregunta que, sobre esto, tenemos que hacernos es ¿Y por
qué no?. Los “expertos”, que cuando caen cuatro copos de
nieve se dejan cerrar, incluso, las autopistas, nos dirán
que porque ante una salida millonaria de las grandes
ciudades, la circulación de vehículos lentos crea problemas.
Ya lo creo que los crean, pero en momentos de crisis como
los actuales, ellos también crean riqueza, y de su
circulación o no dependerá el que no aumente más o que sí
aumente otro poco más el paro.
Esto, con toda seguridad, nada le importa al politicastro de
turno, que “ a dedo” está como cabeza visible de un
organismo que debiera ser modélico, y que viene demostrando,
en los momentos más complicados, que es una nulidad.
Cualquiera de las personas que lleva un camión, el lunes, el
jueves, o la víspera del largo puente o las vacaciones,
estaría mucho más cómodo en su casa y con su familia, pero
si no quiere que las letras del camión, por ejemplo, se
tengan que devolver, tendrá que trabajar, cuanto más mejor.
Naturalmente, el “politicastro” que dirige, por decir algo,
ese organismo ( y me da igual que pertenezca a unas siglas o
a otras), no tendrá problemas de letras y a finales de mes,
haya trabajado o no le llega la nómina, muy buena, a su
casa. El otro, sin embargo, el que va conduciendo el camión,
si trabaja para otro y no se hacen portes en el mes, las
pasará moradas para poder cobrar o se verá con medio pie en
el paro, mientras que si es el propio dueño del camión el
que va conduciendo, ese viaje del fin de semana, o de las
“prevacaciones” le ayudará un poco a ir quitando parte de
una letra más. Esas son las cosas que hay.
Los que viajamos con frecuencia, también en camión, y
también en las vísperas de unas vacaciones, sabemos que hay
días en los que circular es más complicado, por las
avalanchas de personas que salen, ese día, a la carretera,
pero lo que ocurre entonces es que uno o se carga de
paciencia para ir al paso que vaya marcando la velocidad, o
se para en un sitio y espera hasta que los embotellamientos
sean menores, pero eso de las prohibiciones a unos sí y a
otros no ni son normales, ni a tono con lo que se necesita.
Sobre eso debiera ser experto aquel que rige la DGT y en vez
de meter tanto miedo con los accidentes en vísperas de
fechas de este tipo, tendrían que saber cambiar el modo y la
orientación de la publicidad, con consignas que sirvieran de
educación vial. Eso que debería ser lo normal en este
organismo no parecen entenderlo, demasiado bien.
Y ya que hablamos de normalidad, en absoluto me parece nada
normal el que un camión que ha costado 10, 15 o incluso 20
millones de las antiguas pesetas, tenga que estar detenido
obligatoriamente un día, dos o media semana, sin
compensación alguna.
Cuando el miércoles veía la salida desde las grandes
ciudades, cuando ahora, al terminar el largo fin de semana
está comenzando la operación retorno, tenemos que decir ¿Es
que somos diferentes?. Parece que sí, porque con crisis o
sin ella, aprovechamos para ir a la montaña o a la playa,
haciendo que con esas salidas y la incompetencia de la DGT,
otros que estaban trabajando se tengan que quedar parados,
sin más.
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