Al menos darán la cara y no
costarán tanto como han venido costando ciertas “figuras”
que lo serían para el nacimiento pero no para llevar al
equipo a superior categoría.
La situación del Ceuta ha llegado a lo más bajo que se podía
esperar este año, y menos mal a que por abajo hay algunos
que comenzaron casi descendidos, por su escaso potencial,
para mantener la categoría, que de lo contrario ahora mismo
tendríamos que estar haciendo las cuentas para ver como se
podía librar el equipo del descenso.
La categoría está salvada, eso es cierto, pero el Ceuta no
hizo un equipo, únicamente, para salvar la categoría. Los
impuestos que pagamos los contribuyentes de Ceuta no se
pueden dilapidar en algo que se creyó que era un buen equipo
y a lo largo de la temporada ha demostrado que era un
auténtico fiasco.
No me sirve con eso de que hay dos, tres u ocho equipos que
tienen más presupuesto que el Ceuta. Cada uno tiene lo suyo
y, de salida, todos parten con las mismas posibilidades
teóricamente, será luego la competición la que vaya poniendo
a cada uno en su justo sitio. Por desgracia, al Ceuta se le
está viendo donde no hubiéramos querido verlo, ahora en el
10º lugar.
Una de las últimas veces que escribí sobre el Ceuta
comentaba yo que de los 18 puntos disputados entre los tres
de arriba y el Ceuta para el conjunto ceutí no había caído
ninguno, y si a esto le unimos el Puertollano, que entonces
era 4º, de los 24 en cuestión se había logrado, tan sólo,
uno.
Dejando de lado esto, si nos vamos hacia puestos de atrás,
de los 12 puntos disputados ante la Balona y el Roquetas, el
Ceuta se quedó únicamente con 3 puntos. Realmente
deprimente.
Falta poco para terminar la competición, ahora ya “todo el
pescado está vendido”, habrá que pasar página y volver a
empezar, espero que con mejor pie, si es que no nos aparece
por ahí algún “abad”, no sé si con rosario o sin él, que nos
traiga a todo un coro celestial de figuras angelicales, para
que de una vez por todas nos lleven a las alturas en vez de
a los infiernos.
Todavía me da risa al acordarme de uno de los fichajes que
vino, como figura, y que el hombre que lo había fichado lo
presentó como un “jugador con las características de Figo y
Beckam a la vez”. No sintió vergüenza de la trola que
acababa de meter, como si hubiera pensado que los que
vivimos aquí nos chupáramos el dedo o comulgáramos con
ruedas de molino.
Ahora, pues, tras el fracaso de este año, lo que habrá que
comprobar es si lo que hay en la propia casa, los de aquí,
pueden dar la talla para la categoría. Son pocas las
jornadas que faltan por disputarse y por probar y darles
oportunidades a ellos no pasará nada, con lo que si son
aprovechables darán tanto resultado como otros venidos de
fuera y con un coste muy inferior. Ya es hora de terminar
con los experimentos baratos, pero que cuestan un dineral,
para nada.
Carlos Orúe sabía lo que había aquí, pero incluso se ha
encontrado con más de lo que él esperaba. La cosa estaba
difícil, ahora se ha puesto imposible y nadie podrá decir
que la plantilla se ha mostrado hostil a este técnico, la
plantilla, parte de ella, ha sido hostil a un rendimiento
digno a lo largo de la temporada. Primero porque no se
entendieron con el anterior entrenador, y luego porque o no
han querido, o no han sabido o no han podido dar su
verdadera talla en la segunda B.
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