La recesión económica que sufre
nuestro país como consecuencia de la incapacidad, falta de
previsión y demagogia utilizada con fines electoralistas en
el principio de la misma por parte de destacados miembros
del Ejecutivo liderado por Zapatero han propiciado una
profunda crisis de Gobierno tras poco más de una año de
andadura evidenciando el fracaso del Ejecutivo socialista.
No obstante, debo aclarar que la justificación ofrecida no
corresponde a una supuesta aminoración de los costes
económicos del Gobierno ya que, se mantiene casi en su
totalidad el organigrama anterior aunque, con algunos
cambios competenciales.
El nuevo Ejecutivo aumenta en una las vicepresidencias ya
existentes la cual, Territorial, será dirigida por Manuel
Chaves quien, sumara a su nuevo equipo ministerial rostros
ya conocidos del Gobierno Andaluz. Así mismo, se incorporan
zapateristas de gran calado político como, Trinidad Jiménez
y Pepiño Blanco así como, dos reconocidos detractores de los
Gobiernos de José María Aznar, Gabilondo y González Sinde
quienes, por fin ven reconocidas sus actuaciones pasadas en
diferentes movilizaciones en protesta de decisiones de los
ejecutivos populares.
Cambios ministeriales al que debemos sumar la mediática
decisión adoptada por el propio José Luís Rodríguez Zapatero
de asumir personalmente la competencia en materia deportiva
pretendiendo con ello, atribuirse los buenos resultados que
los deportistas españoles obtienen con su dedicación y
esfuerzo. Medida anunciada por el propio Presidente tras la
recepción a los campeones de Europa por selecciones
nacionales de fútbol.
No obstante, nos encontramos ante una remodelación que
debería haber alcanzado a otros miembros del Ejecutivo que
han demostrado su incapacidad e incompetencia a lo largo de
este año de Gobierno poniendo en riesgo, en algunos casos,
la credibilidad de nuestro país a nivel internacional y en
otros, el bienestar de la ciudadanía. En definitiva, una
reestructuración gubernamental que muestra claramente el
fracaso de la gestión política del Gobierno de Zapatero un
año después de su elección incorporando al nuevo Ejecutivo a
expertos manipuladores de la realidad con el único objetivo
de encarar las próximas elecciones con las mejores
perspectivas posibles.
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