Cuando el Gobierno decidió darnos
los cuatrocientos euros a todos los que ganábamos cierta
cantidad explique, por activa y por pasiva, que aparte de no
aportarnos nada ese dinero, todos aquellos que lo habíamos
recibido y que teníamos devolución en la declaración de la
renta, íbamos a pagar en nuestra próxima declaración.
No había que ser una eminencia en matemáticas para
comprender que esa subida lo único que iba a conseguir era
aumento de lo percibido y que ese aumento nos llevaría a
tener que realizar un desembolso, cuya cantidad iría en
aumento cada año
Y es curioso que esa teoría personal e intransferible, se la
expliqué, con todo detalle, a un amigo mío socialista de pro
que ni que decir tiene me la rebatió punto por punto. Y digo
que es curioso, porque esta mañana me lo he encontrado,
llevaba la declaración de la renta, que le había enviado
Hacienda en la que le decían que tenía que pagar.
Mi amigo, porque es un gran amigo mío, tengo amigos de todas
las ideas habidas y por haber, me reconocía que llevaba toda
la razón del mundo, de cuanto le había dicho que pasaría, en
el asunto de tener que pagar. Oiga, cosa de agradecer el
reconocer algo que, al principio, se negaba a admitir fuese
verdad.
De esto, la verdad sea dicha, no es de lo que quería
escribir el día de hoy, pues había prometido que esta Semana
Santa, como cada una de ellas, me iba a dedicar a escribir
sólo de las procesiones de mí pueblo que, por cierto, no
están bien promocionadas de cara al exterior.
La Semana Santa de Ceuta, debería ser promocionada de cara
al exterior con todos nuestros medios porque, aunque algunos
no lo crean, tiene todos los condicionantes para atraer
turismo a nuestra tierra. Siempre que en esa promoción, vaya
incluida un abaratamiento del transporte y estancia en
Ceuta.
Doctores tiene la Ciudad Autónoma para ello, que cobran unos
buenos sueldos y que son los que deberán idear cómo se
podría hacer. Lo que desde luego no voy a hacer, de ninguna
de las maneras es darle la solución al problema porque,
entre otras cosas, ni tengo cargo bien renumerado ni voy a
recibir ni un sólo euro por el asunto. Ya lo dice la canción
“El que quiera coger peces, que se acuerde del refrán…”.
Algunos pueden pensar que, a pesar de todo lo prometido, no
me he vuelto bueno por estos días. Se equivocan, estoy de
una bondad exquisita tanto en cuanto, me reservo noticias en
las que podría dar todas las críticas del mundo. Esas, por
supuestos, me las reservo para después de Semana Santa,
cuando deje de ser bueno.
Y es que, en estas fiestas de recogimiento y de pedir perdón
por todos los errores cometidos, no quiero que mis adoradas
y nunca bien ponderadas criaturitas, se lleven ningún
sufrimiento por mi culpa.
Por cierto, para algunas de esas criaturitas, inútiles
totales, tengo todas las culpas de sus desacertadas
actuaciones, por el hecho de criticarles, con lo bien que
los están haciendo. Como la Semana Santa es cosa seria, no
me voy a reír de sus chistes. ¡Pobrecitos!
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