Es lo que parecen esperar quienes
todavía no entraron en la “rueda” del poder trabajar,
especialmente los jóvenes, por ser jóvenes y otros que
tienen algunos años más y han perdido el trabajo que
tuvieron más atrás.
En Ceuta, por aquello de que hay poco de donde poder elegir,
las cosas están complicadas y salvo aquellos que tuvieron el
empujón del político de turno para entrar por el dedo
bobalicón o demasiado listo de aquel que tiene más poder, el
resto, especialmente los jóvenes, tratan de ver por donde se
hacen un hueco, con oposiciones, enchufes o como sea. Es el
punto de vista ante el futuro.
Lo del enchufismo me repatea y más si ese enchufismo va
avalado por actos inconfesables, por parte del enchufado o
del enchufador que de todo hay, en estos 18 kilómetros
cuadrados, también.
Es una pena que el “poder”, así a secas, esté en las
personas, sin más, y más pena todavía es que, en algunos
casos no haya ni siquiera escrúpulos, mientras se ostenta
ese poder.
Hay veces que recuerdo un nefasto viernes del pasado año,
por estas fechas, a eso de las tres de la tarde. Una
jovencita buscaba un trabajo, ella creía que lo iba a
obtener, así se lo habían asegurado por teléfono, lo malo
fue que el trabajo se quedó en el organismo oficial
correspondiente, y la jovencita de unos 23 años se marchó
para su casa, ella seguía en el paro, pero con dignidad. Se
le negó ese trabajo, se han puesto zancadillas en otros
momentos. La dignidad estuvo en quien buscaba el trabajo,
quien podría habérselo proporcionado siguió como antes “ por
encima del cielo y de las estrellas”, lo que no sabemos es
cuanto tiempo va a poder aguantar en esa posición, creo que
poco.
Con todo, las dificultades no se dan sólo en Ceuta. Hoy por
hoy, los problemas los hay en todas partes, y unos con
formación y otros sin ella las pasan moradas para hacerse
con un lugar al sol.
Hace tres días yo hablaba por teléfono con un amigo. Él es
un gran profesional de la técnica. En dos o tres ocasiones
fue uno de los técnicos de Radio Nacional aquí en Ceuta.
Repito, un excelente técnico que me decía:” llevo varios
meses sin trabajar”, “desde que se me terminó el contrato,
está cada vez más difícil encontrar algo”.
No lo dudaba yo tampoco, pero a la media hora me volvía a
llamar y se mostraba más contento de lo que podría haber
estado si le toca el “premio de la Lotería Nacional”, no era
para menos, pues según me dijo:” Me acaban de llamar de
Correos para cubrir una suplencia de 15 días, del 1 de abril
al 15”.
Aquí no estábamos hablando ya de una cosa fija, era una
simple suplencia, de tan sólo 15 días y con eso se
conformaba, ya es pedir poco, y alegrarse mucho con lo que
le llegaba.
Esta es la situación de un joven especializado, con ganas de
trabajar y sin poner pegas para ir a mi pueblo, a Navalmoral
de la Mata, a Valencia o a Ceuta. Lo único que este joven
pedía era tener algo, algo de donde poder sacar el dinero
suficiente para cubrir los gastos mínimos que puede tener un
chaval de 22 o 24 años, sin tener que estar pidiendo a sus
padres algo, cada día.
La situación, se diga lo que se quiera decir desde “las
alturas”, está muy mal. Llegar a finales de mes, para
muchísimas familias, es una utopía, llegar al día 15 es una
heroicidad y encontrar donde poder ganarte dignamente el
pan, sin timar a nadie, a los jóvenes se les hace realmente
imposible.
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