La que fuera novia de uno de los jóvenes hallados muertos en
Buyafar en julio de 2008, Fatima, reveló ayer en 'El País'
que Salam había acudido a Farhana por encargo de un miembro
de la secta religiosa Takfir Wal Hijra en Melilla y ya no
regresó, ni él ni el amigo que le acompañó, Rachid, para
aparecer unos días después con el rostro y otras partes del
cuerpo carbonizados. Fatima afirma que Salam le comunicó que
"me han llamado para ir a recoger un dinero y me ofrecen
4.000 euros de comisión".
Fatima (17 años), según publica el rotativo madrileño, antes
de que esto ocurriera huyó de su novio y su familia y se
entregó al servicio de la secta. Salam Mohand, sin embargo,
fue a por ella y consiguió que dejara el grupo. A partir de
entonces, admite, su vida fue un infierno.
El pasado 8 de julio, su novio fue secuestrado y torturado
en Farhana, justo el día antes de que ambos se marcharan a
Barcelona para iniciar una nueva vida y escapar de las
miradas inquisidoras de los miembros de la secta que les
llamaban "musrikin", los que atribuyen divinidad a otros
además de Dios. Según 'El País', el cadáver de Salam, de 21
años, fue descubierto semidesnudo y atado de pies y manos en
un bosque en Buyafar (Cabo Chico), en territorio marroquí.
Su rostro, cara y genitales estaban quemados con fuego,
según la autopsia del Instituto de Medicina Legal de
Melilla. Junto a él estaba el cuerpo de Rachid Chaib (20
años), un chico melillense de su mismo barrio, La Cañada,
que le acompañaba. Tenía lesiones similares y un disparo en
la cabeza.
El periódico recoge que el Servicio de Información de la
Guardia Civil de Melilla investiga la desaparición de los
dos jóvenes. Así señala que no pueden indagar en los
asesinatos porque fueron cometidos en Marruecos, pero por
orden judicial han tomado declaración a familiares, amigos y
vecinos del barrio musulmán. Fuentes próximas a la
investigación aseguraron al diario del grupo Prisa que las
líneas de trabajo se centran en el grupo islamista y en el
terreno delincuencial. "Ambas están abiertas, incluyendo la
sentimental", matizan. Algunos testimonios apuntan a que uno
de los takfiris estaba enamorado de Fátima, la novia de
Salam.
Irujo, además de recoger testimonios en Melilla, también lo
hizo en Nador.
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