El Museo de Ceuta en el conjunto monumental de las Murallas
Reales inauguró ayer una exposición especial dedicada a
recordar la obra del ceutí Mario Prieto Trujillo, quien
trabajó todo tipo de técnicas, desde las acuarelas a los
óleos pasando por los rotuladores, tintas o ceras para
plasmar sobre todo paisajes, naturalezas muertas y marinas.
Mario Prieto Trujillo nació en Ceuta en 1923, donde creció y
vivió hasta su fallecimiento en 1980. Aunque en su vida
profesional fue empresario, tuvo muchas aficiones
artísticas, desde la fotografía a la música clásica, pero
donde la pasión le pudo fue en la pintura, como se puede
comprobar estos días –hasta el 18 de mayo– en el Museo de
Ceuta en las Murallas Reales.
La exposición organizada por la Ciudad Autónoma es amplia,
más de un centenar de obras que ha habido que recopilar
incluso en casas particulares, y muestra el dominio de
Prieto en diversas técnicas: acuarela, óleo, tintas, ceras o
rotuladores.
Gusto por el paisaje
En cuanto a los motivos, la ambiciosa exposición del Museo
de Ceuta muestra su gusto por los paisajes en general,
especialmente urbanos y marinas, pero también naturalezas
muertas de jarrones con flores, por ejemplo.
Fue un autor prolífico que ha dejado un amplio legado del
que se han podido reunir más de un centenar de obras en las
que destaca la densidad fría para dejar paso a lo
representado, recordando a otros artistas como José María
Sicilia o Jasper Johns.
Asimismo, se puede comprobar la pericia en el tratamiento
del color, especialmente de sus acuarelas, con las que captó
la luz de la ciudad autónoma a través de colores puros.
La exposición ofrece también la posibilidad de seguir la
evolución del pintor fallecido en 1980, que en la década de
los 70 se volvió más simbólica en sus paisajes, que se
vuelven más espirituales.
Este camino que emprendió el artista ceutí enriqueció su
trabajo, que se volvió más íntimo y de trazo firme y
compacto utilizando colores más puros, siempre con el
protagonismo de la luminosidad del norte de África.
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