Cuantas pasiones guarda mi Ceuta
en su Semana Santa, uno de ellos es sublime y es divino, es
presenciar el Tradicional Encuentro entre la Esperanza y el
Nazareno, la tradición me obliga a estar presente desde
aquella primavera de 1999. La pasión de mis pasiones, con la
de veces que canté el Credo Legionario, el Novio de la
Muerte, fue hace dos años desde el cielo caballa, balcones
del Ayuntamiento, que cosa mas extraña que sensación mas
bella, La Semana Santa de mi Ceuta es la mejor de España, un
año he estado cerquita del mismo cielo y en otras veces en
la misma tierra. Alli los veo llegar , ese es mi Tercio y me
mueven las entrañas. La Legión como gusta llamar a sus
hombres y mujeres, forma frente al Palacio, a la derecha
queda la Tierra Africana, tierra de tantas hazañas
legionarias, y tantas guerras ganadas, allí quedó derramada
Sangre Legionaria, a la izquierda de ellos, se mira de reojo
el Estrecho, cuantas veces cruzaron al grito A mi La Legión,
la llamada de Socorro del resto de España y esas Misiones
Internacionales.
De frente la Esperanza mira a su hijo el Nazareno, detrás en
las montañas caballas, la Cuna de La Legión donde dio los
primeros pasos la Primera Bandera, esa tu casa, arriba tu
hogar, Tercio Africano de los montes del Serrallo,. Yo me
salía del cuerpo, desgarrandome el alma, yo os tiraba besos
y te quieros, debajo de mis ojos, encima de mi alma, Una
Procesión, El Encuentro, Una Banda de Guerra y Escuadra de
Gastadores, asi como una Compañía Formadas, si hubo alguién
que se extrañó verme exultante por Calle Velarde, con ese
sentimiento desbordado, envuelto en lagrimas vivas eso como
se puede explicar, lo que siento al verme frente a la
entrada del Patio Morales, la encrucijada entre Velarde y
Recinto Sur, vivencias y sentimientos de ese rinconcito
divino de esta mi Ceuta. Que grande era el Patio y que
chiquito ahora lo veo, a las puertecitas del Patio, en la
acera de Velarde, veo pasar mi Nazareno, que bonito va madre
mia con ese sufrimiento que es su Cruz, ay como iba a
abandonarte Padre Mio si tu nunca me has abandonado.
Beso su respiradero y el Capataz avisa a sus costaleros, que
están en su calle, que son unos privilegiados y están cerca
de su Casa de Hermandad. Debajo de esos faldones, el
Nazareno pide paso, los costaleros cantan con voz quebrada,
ellos solos el Novio de la Muerte, silencio sepulcral en
toita la Calle Velarde, ese Cristo mirando a la Calle, ese
Sentimiento Caballa, y detrás van las pisadas retumbando el
suelo , son los Caballeros Legionarios, cada vez que yo
quiero contar esa vivencia , lo hago como mejor uno puede,
pero es para estar esos momentos en Calle Velarde, por nada
del mundo se puede esto comparar. Ahí llega mi Esperanza,
que brilla su Manto y su Palio Verde, ante el Cielo azul
fundido en la noche, sus mecíos y el de Su Palio hacen una
Poesia Celestial, ante las miradas y suspiros de los
Caballas.
Ya tocan los primeros sones, y se estremecen los balcones
con ganas de verte, es que suena el Novio de la Muerte, los
Legionarios hacen estremecer nuestros corazones, de sus
Guiones y Banderines, cuelgan muchas Corbatas, Medallas y
Laureadas, de hazañas pasadas de España, asi como las
Misiones Internacionales, Bosnia, Kosovo, Irak, Afganistán,
El Salvador, Libano y allá donde los llamen. Los que van
detrás de Dios, en su promesa, a los que me ven cantar el
himno con emoción, me hacen señas que les escriba a esa que
es mi devoción, el Sentimiento de los Caballas, con sus
Sagrados Titulares acompañados de La Legión.
A los Jefes de Bandera , los que estuvieron y los que están,
a los Coroneles, a los que cada año acompañan al Paso, me
saludan con ese Hola Javier, si acaso alguna sorpresa en
algunos presentes, ellos saben que respiro Legión y que
estoy en la noche mágica de mi Semana Santa, una vez
finalizado el himno funebre del Tercio y las sucesivas
colombianas, cantadas al delirio por el Cabo 1º Giles, la
Esperanza pide paso, se cambia la marcha de la música y es
que un cable, le dificulta el Encuentro con el Reino de los
Cielos, la Calle tiene en sus adoquines la cera que arde, es
el Martes Santo en la Calle Velarde.
Llegamos a la esquinita del Bravo, donde se hace que los
Pasos giren solos, no hay descanso y van los pies del
Nazareno, los pies de los costaleros, Gira la Esperanza
meciendo sus Varales, un Legionario que lloró a lagrimas
sobre claveles, fue un año que no podia salir en su
trabajadera, aquellos compañeros le ofrecieron un ratito, el
solo miraba la cara de la Sacratisima Esperanza, ay Madre
Mia el le decia, Guardame El Sitio, que con tu protección
estaré sirviendo a La Legión, en un sitio de los Balcanes.
Sube la cuesta, donde quedaron recuerdos entre polvo y
piedra, sepultada la Calle Consuelo, asomando ya Plaza de
los Reyes, por Calle Camoens y esquinita los Dragones y otra
vez el Novio de la Muerte, esta vez no podia más y fue
aquella vez que se me salió el alma, reventando la garganta,
la gente me vió embravecido, perdonarme caballas, pero Mi
Nazareno va con su Cruz y va descalzo, solo vale un himo y
es el Credo Legionario, solo vale un aplauso y es el de mi
Ceuta, si alguién de los que me vió, exclamó como va ese que
canta con devoción, como si la cosa fuera con él, esa era y
es mi religión, como si la cosa no fuera conmigo… Una
historia de amor, la pasión del Martes Santo, El Encuentro y
la Legión.
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