El inicio de nuestra Semana Santa
me hizo reflexionar sobre la idoneidad de posponer para otra
ocasión cuestiones tan relevantes como los últimos datos
conocidos del desempleo así como, las supuestas intenciones
de un Presidente que, una vez más, ha pretendido engañar con
su demagogia trasnochada tanto a la opinión pública
internacional como a la nacional durante la celebración de
la Cumbre del G-20 al proporcionar apuntes tergiversados
cuando las últimas cifras proporcionadas por el propio
Gobierno confirman los presagios más desafortunados.
El Ministerio de Trabajo ha confirmado que durante el mes de
marzo se registró un aumento del 3,5% en el número de
desempleados en comparación con el mes anterior, situándose
la cifra total en 3.605.402 personas, duplicando la media
europea según las informaciones facilitadas por la Unión
Europea. Por tanto, nuestro país lidera una clasificación
nada halagüeña, la del nivel de desempleo más alto de todos
los estados miembros aunque, lo realmente preocupante es que
el paro en España sigue una evolución ascendente ya que,
pasamos del 9,3% en febrero de 2008 al 15,5% en el mismo mes
de 2009.
No obstante, nuestros socios, de momento, del G-20 no se han
dejado engañar por aquella celebre frase, pronunciada en
septiembre de 2007 por José Luís Rodríguez Zapatero en la
que situaba a nuestro país en la Liga de Campeones de la
economía mundial cuando, la realidad es bien diferente ya
que, no se han adoptado en el último año las medidas
estructurales necesarias para evitar los perjuicios de la
actual crisis económica. Ahora, España debe luchar para no
descender a una categoría inferior.
En definitiva, un Ejecutivo que ha sido incapaz de
desarrollar las medidas necesarias al objeto de subsanar la
precariedad del empleo a través de actuaciones concretas que
nos haga salir con éxito de nuestra actual situación de
crisis económica, remontándola y manteniéndonos en nuestra
anterior posición internacional a pesar de los despropósitos
de algunos miembros del Ejecutivo socialista.
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