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sociedad - LUNES, 6 DE ABRIL DE 2009


antonio ceballos bendiciendo. reduan.

semana santa 2009 / bendicion
 

Cientos de ceutíes acuden a la bendición de las palmas y los olivos

El obispo de Cádiz y Ceuta, monseñor Antonio Ceballos Atienza, concelebró posteriormente una Solemne Misa en la Catedral con el clero de la ciudad
 

CEUTA
José Manuel Rincón

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, que está en nuestra ciudad desde el pasado viernes ofició ayer la Misa de Bendición de Palmas y Olivos donde nuevamente cientos de ceutíes se dieron cita para iniciar así la celebración de esta Semana Santa. Primero fue en el Santuario de Nuestra Señora de África y posteriormente, un amplio cortejo se dirigió hasta la Santa Iglesia Catedral donde finalmente se ofició la Solemne Misa. Este acto fue precisamente el preludio de la llegada de la Semana Santa y con ella de la primera de las hermandades procesionando por las calles de nuestra ciudad.


El Santuario de Nuestra Señora de África congregó ayer a cientos de ceutíes que se agolpaban ante su puerta principal para que el obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos Atienza, bendijera sus palmas y olivos.

Este acto religioso, que contó con la presencia de sacerdotes y diáconos de nuestra ciudad, dió comienzo alrededor de las doce y media de la mañana.

Pese al mal tiempo reinante en nuestra ciudad durante todo el día de ayer, la población de Ceuta, deseosa de iniciar la Semana Santa y de participar de la misma, acudió a la bendición de las palmas para dar la bienvenida a Jesús, tal y como hicieran en Jerusalén a la entrada de Jesús mientras la muchedumbre gritaba “Hosanna al hijo de David; bendito es el que viene en nombre del Señor. Hosanna en las alturas. Bendito sea el reino que desciende del cielo”.

Una vez bendecidas las palmas y los olivos, los asistentes al acto religioso siguieron al cortejo compuesto por sacerdotes y diáconos de nuestra ciudad y el cual presidió el obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos Atienza. Este cortejo partió desde el Santuario de Nuestra Señora de África y procesionó por el interior de la Plaza de África hasta llegar a la Santa Iglesia Catedral, la cual abrió sus puertas principales, la puerta de San Pedro, para que fuera oficiada una Misa concelebrada por parte del obispo de Cádiz y Ceuta.

Con un Templo Catedralicio repleto de fieles, dió comienzo la Solemne Misa donde los sacerdotes leyeron e interpretaron la pasión de Cristo, para posteriormente dar paso a la homilía, donde el obispo de Cádiz y Ceuta animó a los fieles presentes a vivir esta Semana Santa intentando encontrarnos con Jesús, destacando que nos disponemos a conmemorar y celebrar en esta Semana Santa el Misterio de la Pascua del Señor, de su paso de la muerte a la vida, de aquello que constituye el núcleo central de nuestra fe y el fundamento de nuestra esperanza cristiana. Las siguientes palabras desean ayudar a iniciar esta reflexión al comienzo de esta Semana Santa de 2009.

Misa Crismal

Como es tradicional, hoy por la tarde noche a partir de las 20 horas, la Santa Iglesia Catedral acogerá la celebración de la Misa Crismal, donde el obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos Atienza celebrará con todos los presbíteros de la diócesis y los cientos de fieles que se den cita en el Templo Catedralicio dicha Misa.

En este sentido hay que comentar que la Misa Crismal es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispo y como signo de la unión estrecha de los presbíteros con él. En ella el obispo consagrará el Santo Crisma, bendiciendo posteriormente los óleos de los catecúmenos y de los enfermos.

El Santo Crisma, es decir el óleo perfumado que representa al mismo Espíritu Santo, nos es dado junto con sus carismas el día de nuestro bautizo y de nuestra confirmación y en la ordenación de los diáconos, sacerdotes y obispos.

La palabra crisma proviene de latín: chrisma, que significa unción. Así se llama ahora al aceite y bálsamo mezclados que el obispo consagra para ungir a los nuevos bautizados y signar a los confirmados. También son ungidos los obispos y los sacerdotes en el día de su ordenación sacramental.

La liturgia cristiana ha aceptado el uso del Antiguo Testamento, en el que eran ungidos con el óleo de la consagración, los reyes, sacerdotes y profetas, ya que ellos prefiguraban a Cristo, cuyo nombre significa “el ungido del Señor”. El crisma se hace con aceite y aromas o materia olorosa para significar “el buen olor de Cristo” que deben despedir los bautizados.

Con el óleo de los catecúmenos se extiende el efecto de los exorcismos, pues los bautizados se vigorizan, reciben la fuerza divina del Espíritu Santo, para que puedan renunciar al mal, antes de que renazcan de la fuente de la vida en el bautizo.
 

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