La crisis económica global que viene afectándonos desde hace
unos meses ha removido, como era de esperar, conciencias y
sentimientos que el estado del bienestar hasta ahora había
mantenido dormidos y a buen recaudo. La sociedad en general
vive en una profunda incertidumbre por el calado de esta
crisis y de sus consecuencias, y la sensación de inseguridad
ha hecho su aparición de una forma abrumadora. Y como la
incertidumbre lleva aparejada indefectiblemente la necesidad
del hombre por reducirla, los remedios en forma de libros y
recetas de autoayuda no han tardado en aparecer o
multiplicarse.
Parece que debido a la creciente preeminencia del
antropocentrismo, el consuelo que pasaba antes por
encomendarse a todos los santos y confiar en la indulgencia
y la bondad de un padre todopoderoso que resolvería nuestros
problemas se ha transformado en buscar soluciones en y a
través de uno mismo. La especie humana se conforma cada vez
menos con aceptar los designios de un Dios, que tal y como
está el mundo, parece que se encontrara disfrutando de unas
eternas vacaciones.
El negocio de la autoayuda.
Pero el mundo de los libros de autoayuda lleva ya años
alimentándose de la infelicidad humana. El boom de este tipo
de género tuvo lugar en EEUU ya en los años 60 en la que
muchos descubrieron como rentabilizar cualquier aspecto que
requiriera de “sabios consejos”. Así encontramos títulos
incluyen desde leyes espirituales para triunfar, pasos para
dejar de fumar con placer, técnicas para ser feliz,
autoestima para la mujer o métodos para mejorar la
sexualidad. Todo enfocado desde la perspectiva del poder de
nuestra propia mente y de nuestras energías. Cualquier
aspecto de la vida es apto para convertirse en tema estrella
de un manual que te “resolverá la vida” con su lectura. Y el
caso es que funciona, pero a los que los escriben, claro
está. A ellos sí que les ayuda a ser feliz y a encontrar el
sentido de la existencia, sobre todo cuando uno de sus
manuales se convierte en el más vendido y los ceros se van
multiplicando en su cuenta bancaria. Es la nueva gallina de
los huevos de oro.
Pues bien, uno de estos casos es el de “El secreto” de la
escritora australiana Rhonda Byrne, que hasta tiene versión
en DVD debido al revuelo que ha levantado. El argumento de
la magna obra es que al parecer la autora desvela un secreto
que hasta ahora solo habían descubierto personajes célebres
como Platón, Newton, Einstein… y que es la clave para
conseguir el éxito en todos los aspectos de la vida. Este
conocimiento que hasta ahora sólo estaba al alcance de unos
pocos tiene su base fundamental en la llamada “ley de
atracción” que viene a decir que las personas atraen todo lo
bueno o lo malo que viven: “Todo lo que está llegando a tu
vida, tu lo estás atrayendo a tu vida y lo estás atrayendo
hacia ti por virtud de las imágenes que mantienes en tu
mente. Es lo que estás pensando. Cualquier cosa que esté en
tu mente la estás atrayendo hacia ti”. Si, este es el gran
enigma que la humanidad desconocía, o no, porque traduciendo
lo que viene a decir es que una actitud positiva siempre va
a ser más beneficiosa y eso lo llevamos escuchando toda la
vida. Eso si a lo largo del libro repiten esto de mil formas
distintas, utilizando todo tipo de recursos literarios para
que el lector no se dé cuenta de que lo que le están
contando es lo mismo que ya le ha dicho su madre, su amigo o
algún buen intencionado alguna vez: que piense en positivo.
Porque independientemente de que consiga o no lo que desea
siempre va a ser más feliz. Lo de que es una ley viene a ser
un artilugio más para dotar de seriedad al tema porque de
base científica carece totalmente, ya que no está demostrado
que el hecho de pensar en cosas que deseas te vaya a
reportar estas cosas. O sea, que si el manual de
autosuperación (que es como se le llama ahora) más vendido
es esto lo único que puede aportar, es fácil hacerse una
idea de la ayuda que ofrecerán el resto.
Aun así, para no pecar de generalistas y de inducir a error
sobre todo el género, podríamos analizar otro superventas.
Estephen Covey, tras leer la literatura norteamericana del
éxito de los últimos 200 años, según el mismo afirma, ha
dado a luz a su obra más famosa “Los siete hábitos de la
gente altamente efectiva”. El primero de todos estos hábitos
según Covey, es “ser proactivo” y para los que desconozcan
que es la proactividad: “actitud en la que el sujeto asume
el control de su conducta vital de modo activo, lo que
implica tomar la iniciativa en el desarrollo de acciones
creativas y audaces para generar mejoras, haciendo
prevalecer la libertad de elección sobre las circunstancias
de la vida”, o lo que aplicado al argot popular, pelear si
quieres conseguir algo en la vida ya que las cosas son
difíciles y nadie te va a dar nada gratis .Y este argumento
está todavía más manido que el de libro anterior.los seis
restantes hábitos de Estephen no dejan de ser mas que
perogrulladas que tampoco aportan nada nuevo. Lo que vienen
a decir pero con formas rebuscadas es que tengas objetivos y
prioridades, que seas solidario y que te cuides física e
intelectualmente. Y a otra cosa, mariposa, o a otro libro,
porque la segunda parte ya ha hecho su aparición en el mundo
de la autoayuda con el título de “El octavo habito: de la
efectividad a la grandeza”. Pero viendo el anterior pocas
ganas quedan de examinar este. Y así el bueno de Covey o
cualquier otro/a podrá estar publicando libros durante años
mientras existan obviedades que contar, adornadas
debidamente y repetidas hasta el desfallecimiento.
Y siendo tan evidente que este tipo de libros no nos enseñan
más que cosas que todos ya conocemos: ¿qué es lo que hace
que consigan y mantengan a diario miles de nuevos adeptos?
Sin duda la situación antes mencionada de crisis y de
progresiva individualización ha aumentado la sensación de
alienación y de vacío, ¿pero consiguen realmente estos
libros paliar estos sentimientos?
Las respuestas son relativamente sencillas. La religión que
antes servía como panacea de todos los males ha ido
perdiendo peso con el devenir de los siglos y aquellos que
antes encontraban respuestas o consuelo en las parábolas de
la biblia ahora las buscan en las doctrinas de estos nuevos
profetas cuyas recetas te “salvarán de tu desdicha”. Las
consultas de los psicólogos son caras, la gente cada vez
está más aislada y los vínculos familiares se debilitan. De
repente, un buen día, ojeando una revista, navegando en
internet o dando una vuelta por tu centro comercial, un
libro de portada brillante, caligrafía llamativa y un titulo
que más bien pareciera un slogan publicitario, llama
poderosamente tu atención haciendo que irremediablemente te
lo lleves a casa, entrando así en el sectario mundo de la
superación personal. Y así, conseguirás el éxito con
“nacidos para triunfar”, corregirás tus defectos con “tus
zonas erróneas” hallaras el amor con “amar sin sufrir” y
tendrás a todos encandilados con “El arte de convencer”. O
puede ser que nada de lo anterior te sirva y sigas con tu
vida tal cual, olvidando todos los mágicos consejos tan
rápido como termines de leer el manual, siendo esto último
lo más habitual.
A pesar de todo, lo peor de estos libros no es que acaben
resultando inútiles para quienes esperanzados, decidieron
dejarse unos euros en su adquisición, sino que incluso
pueden acabar siendo perjudiciales para los mismos. La
premisa fundamental de la que parten todo este tipo de obras
es que, es el hombre el que puede cambiar su mundo o su
situación con recursos que empiezan y terminan en el mismo.
Todos somos validos para conseguir el éxito personal,
profesional y económico, pero en la realidad esto dista
mucho de ser así. El mundo y nuestro sistema capitalista
tienen ciertas reglas y normas, de tal forma que por más que
muchos sigan a rajatabla las instrucciones que su gurú les
ha transmitido, nunca podrán alcanzar las expectativas que
se habían planteado. Esto lleva aparejado la aparición de
una terrible frustración e incluso de una cierta sensación
de inutilidad, lo que irremediablemente conducirá de nuevo a
la infelicidad.
De hecho, muchos han planteado ya la ineficacia de este tipo
de literatura. Incluso el filósofo español Gustavo Bueno,
autor de obras tan importantes como “El mito de la
Izquierda” o “terrorismo, guerra y globalización” trata en
uno de sus últimos libros el tema de la autoayuda. En el “El
Mito de la felicidad (autoayuda para desengaño de los que
buscan ser felices)”, Bueno critica con dureza este género
considerando que “es literatura basura escrita para débiles
mentales” y califica de terrorífica la usurpación que ha
hecho la sociedad de mercado de la felicidad, siguiendo las
directrices del modelo norteamericano donde todo está
orientado al Estado de bienestar.
Pero aun así resulta difícil escapar a ellos. No existe
entre los humanos alguien que no presente algún tipo de
inseguridad y donde haya una debilidad siempre habrá un
libro de autoayuda que te prometerá acabar con ella.
Las cifras mandan, y su éxito es innegable. A día de hoy se
publican más de 2000 libros de este género al año. Sucumbir
a ellos depende ya, de cada uno de nosotros.
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