El Centro Dramático de Ceuta inició este fin de semana una
temporada muy especial, la de sus bodas de plata.
Veinticinco años que han dado tiempo a nada menos que 172
obras. En un principio se denominó Taller Municipal de
Teatro y a los 15 años cambió el nombre por el actual,
cuando se dieron cuenta de que se hacían todas las funciones
propias de cualquier centro dramático. En la actualidad,
cuenta con una quincena de miembros, pero en 25 años han
pasado por el escenario nada menos que más de ocho
centenares de entusiastas del teatro.
Pregunta.- ¿Recuerda la fecha exacta de la fundación del
Centro Dramático de Ceuta y cómo se llevó a cabo?
Respuesta.- La fundación la lleva a cabo el Ayuntamiento el
1 de febrero de 1984 con la denominación de Taller Municipal
de Teatro. María José Navarro fue la impulsora del proyecto
cuando pasó a ser concejala de Juventud y comenzó a crear
una serie de talleres. Yo por entonces había estado dando
cursos de teatro en los colegios y me llamó para crear el de
teatro. A los seis meses se hizo la primera representación,
Preludio para una noche de cómicos. A partir de ahí se forma
el primer grupo estable, que estuvo funcionando como taller
durante unos 15 años, cuando cambió de nombre, porque nos
dimos cuenta de que prácticamente se estaban haciendo todos
los trabajos de formación, investigación y producción que
hacía cualquier centro dramático. Acudíamos a encuentros
nacionales, internacionales y traíamos profesores de fuera,
es decir, todas las funciones que hace un centro dramático
de pequeña escala. Incluso nos dábamos cuenta que en cuanto
a producción estábamos por encima del número normal de
cualquier centro dramático.
P.- ¿Cuál es el balance en números del Centro Dramático de
Ceuta en estos 25 años?
R.- Creo que esta es la obra número 172 que se pone en
escena. Por el Centro Dramático habrán pasado desde su
fundación como 850 personas. Hemos estado en cinco o seis
países de Europa y viajado por prácticamente todas las
autonomías. Hemos traído profesores de la península y
también del extranjero. Hemos trabajado desde el teatro
alternativo en la calle con espectáculos de improvisación
hasta lo más clásico y pasando por el teatro contemporáneo,
tragedias, comedias, bodevil, revista, musical... Lo cierto
es que no nos hemos especializado en nada, sino que hemos
tocado prácticamente casi todos los palos.
P.- ¿Ha habido alumnos ilustres?
R.- Hemos tenido alumnos que luego han venido como
profesores, caso de Gregor Acuña, un actor internacional
ahora mismo. Fue un alumno aventajado y luego regresó como
un gran maestro para darnos sus conocimientos. Desde
entonces ha trabajado en televisión, ha girado por el mundo
tres veces con la Cuadra de Sevilla, Els Comediants y
haciendo cinco años el Tricicle Clonic. Ahora ha fundado su
propia compañía y ha abierto una escuela en Sevilla de
teatro, música y danza.
P.- ¿Qué momentos destacarías en la historia del Centro
Dramático de Ceuta?
R.- Yo diría que cuando trajimos descendientes directos de
la metodología de Stanislavski, como Leonid Roberman,
director del primer Teatro del Arte de Moscú, acompañado de
un catedrático compatriota. Tuvimos la oportunidad de que
estuviesen en Ceuta dos veces con cursillos de 15 días. Nos
hemos movido a unos niveles internacionales notables. Por
ejemplo, Olga Martí, con 16 años fue la primera joven
española que fue seleccionada por un director inglés para
representar a España en Europa. Cuando estrenamos Seis
personajes en busca de autor en 1989 se dijo que había que
empezar a hablar de un antes y un después para el Centro. La
adaptación de Doce hombres sin piedad es también de las que
me siento más orgulloso, porque necesitaba una docena de
actores con fuerza y calidad. Otro momento importante fue
cuando escribí Ceuta en el sentimiento, Ceuta pasión y voz,
que se ha visto en diez ciudades fuera de España con más de
20 personas. El año pasado también estrenamos con una
productora nacional en Ceuta la obra Ajuste de plantilla.
Por otro lado, un hecho importantísimo para nosotros fue
cuando se inauguró el auditorio del Siete Colinas y pudimos
empezar a trabajar con una escenografía más sólida, porque
en Ceuta se ha estado sin teatro 28 años.
P.- ¿Qué tenéis preparado para esta temporada tan especial?
R.- Todavía lo tenemos que hablar, pero está planteado hacer
el mes que viene Prohibido suicidarse en primavera; el mes
que viene queremos hacer una macroexposición por los 25 años
y pensando que actos paralelos podemos hacer para la
celebración; y terminar bien con Casa de muñecas, de Ibsen,
o El tiempo y los Conway, de J.B. Priestley.
P.- ¿Qué le pides al futuro para el Centro Dramático de
Ceuta?
R.- Que nos mantenga la ilusión. Hacer teatro sin ilusión,
sin ganas, sin nervio, sin entusiasmo, sin saber que cada
día es el primero, es imposible.
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