Cuando el primer equipo de la Ciudad está dando bandazos
desde la tercera jornada del campeonato, bueno es matizar y
poner en su sitio a todos aquellos que están en los puestos
de mando del Ceuta, con más pena que gloria en la liga y con
toda la pena del mundo en la única eliminatoria que jugó de
Copa del Rey.
El presidente, Felipe Escane, estoy convencido de que es el
que puede llevarse todas o la mayor parte de las críticas,
sin ser el responsable máximo de la entidad, al menos de
hecho.
Tras salir de la presidencia del Ceuta el hombre que lo
había subido desde tercera a segunda B, y con el que se
habían jugado seis liguillas de ascenso, se quiso hacer un
equipo “grande” con toda la ayuda que fuera necesaria, desde
la “santa casa madre” (No digo que antes no hubiera ayuda,
que la hubo, pero en muchísima menor cuantía).
El primer proyecto, tras la marcha de J. Antonio Muñoz fue
un verdadero fracaso. Su presidente Valero, en contadas
ocasiones había ido al fútbol y dudo mucho que tras su paso
por la presidencia haya vuelto a ir diariamente.
En ese proyecto se puso como hombre fuerte, en la confección
del equipo a Luque y los resultados ya se vieron, de milagro
no se fue el equipo a tercera división. Hay que dar gracias
al cielo de que en la última parte de la liga, tras la
destitución de Calderé, se pudo quedar en una situación
digna.
Aquel proyecto que fue un fracaso, no gustó en las “alturas”
y al año siguiente comenzó un proyecto nuevo “con el
triunvirato” formado por Felipe Escane, Antonio García Gaona
y Cecilio Castillo. Aquí, y vamos a llamar las cosas por su
nombre, el que arriesgaba especialmente su prestigio y lo
sigue arriesgando es Felipe Escane, que sin embargo, no es
el que más mangonea, ya que hay otros que “en la sombra”,
para lo que quieren, actúan a su manera y cuando las cosas
van mal, ahora no van nada bien, el pagano es el presidente.
Lo siento de veras por Felipe Escane, que no está
acostumbrado a esta serie de problemas. Lo siento menos por
Antonio García Gaona, que me está defraudando con sus
actuaciones en la Federación y desde la Federación, y que no
sé que pinta ahora ya en el Ceuta, cosa sobre la que
escribiré estos días. Menos lo siento por Cecilio Castillo
que “uno, a veces, no sabe si está o si se le espera” y que
es una pena que procediendo de donde procede, él que ha
tenido que “mamar” el fútbol más que nadie, él que tuvo a su
lado, desde que nació, a quien mejor conocía el fútbol en
Ceuta, no se haya enterado, todavía, de qué va el asunto,
especialmente cuando trata algo que tiene que ver con la
Federación, intentando confundirnos con dos expediciones a
Palencia y a Santiago de Compostela, a una de ellas no fue y
a la otra llegó tarde, en avión y, eso sí, luego ya regresó
con los chavales en el autocar. Algo de esto le tendremos
que aclarar estos días.
Pero volviendo al presidente, Felipe Escane, ahora es cuando
tiene que actuar de verdad como presidente, especialmente al
comenzar a remodelar el equipo para el año que viene, no
vaya a ser que le metan de rondón “cualquier abad” y
volvamos a tener lo de este año, costando un ojo de la cara.
Ser buena persona, y Felipe Escane lo es, no consiste en no
poner mala cara cuando uno no esté de acuerdo con algo. Ser
buena persona, también, es no dejar actuar a quien nada
pinta ahí.
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