Mientras el piquete que participará en el Encuentro del
Martes Santo comenzaba los ensayos a las 8.00 horas, sus
compañeros empezaban una carrera de 10 kilómetros que debían
completar en menos de una hora con todo el equipo de guerra
a cuestas. A la vez, sus compañeros del área de
mantenimiento empezaban una nueva jornada de reparaciones y
revisiones a los vehículos motorizados de la unidad, en un
taller que pronto será ampliado para acoger las necesidades
del acuartelamiento de Serrallo Recarga.
Los integrantes de La Legión se someten a diario al programa
de instrucción, es una de las unidades que más sufre y quizá
por ello sean pocos los que demandan un hueco en este cuerpo
en la oficina de reclutamiento de la ciudad autónoma.
Sin embargo, los resultados del trabajo concienzudo siempre
llegan y ayer volvieron a llevarse el primer premio del
‘Campeonato Local de Patrullas de Tiro’. Este ejercicio
reúne a todas las unidades de la plaza. Cada equipo se
compone de ocho personas, un oficial, un suboficial y seis
de tropa. Primeramente, los participantes deben cubrir 10
kilómetros a pie en menos de una hora, con los instrumentos
que llevarían en una batalla urbana. Por si acaso. A
continuación, corren 200 metros y cuerpo en tierra disparan
a un blanco situado a 200 metros de distancia, con 4
cargadores y 30 cartuchos cada uno. El Tercio volvió a
hacerse con la prueba y demuestra su preparación como unidad
de infantería y cuerpo de elite.
Ya en el acuartelamiento de Recarga, un piquete formado por
una escuadra de gastadores, la banda de guerra y la sección
de fusiles, bajo mando del teniente Ortega, no cesaban de
caminar en el interior del cuartel. Llevan una semana
ensayando, como cada año, pero con distintas caras. La
mayoría, que ya probó en 2008 no han vuelto a ser
seleccionado. Sin embargo, la banda de guerra repite casi en
su totalidad, debido a la especificidad de su desempeño
dentro de la formación. El himno de los caídos de la Legión,
‘El novio de la muerte’ inundaba, unas veces mediante los
cornetines y otras con las voces, todo el patio de armas. El
Nazareno y la Virgen de la Esperanza ya los esperan el
Martes Santo, en una tarde que se renueva cada 365 días y
que vuelve a ser tan tierna como siempre
En el extremo opuesto, legionarios ataviados con un mono de
trabajo de colores militares se dedicaban a funciones de
revisión y reparación de vehículos. No hay momento para el
descanso. El Tercio es diferente.
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