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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 1 DE ABRIL DE 2009

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

El pregón de la Semana Santa
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Podemos decir que es el punto de partida de esa semana que, para creyentes o para no creyentes, representa un algo más que unas simples vacaciones.

Ceuta, incluso teniendo en cuenta la diversidad de culturas y religiones, entra en la Semana Santa por la puerta grande. Es, a partir del momento en el que se pronuncia el pregón de la Semana Santa, una ciudad dispuesta a vivir con intensidad estas fiestas, a las que, tampoco, vuelven la espalda las demás religiones.

En esta ocasión el pregón corrió a cargo de Marco Antonio Muñoz Valente, que pronunció un pregón muy preparado y conociendo perfectamente lo que es y lo que representa la Semana Santa, abordando lo que son las vísperas de esa gran semana, la Semana Grande tal y como se vive en Ceuta y para concluir el tiempo de gloria.

Particularmente pienso que son unos conceptos o unos puntos de vista en los que las jóvenes generaciones, una parte al menos, no han podido calar profundamente, como habían calado dos o tres generaciones anteriores, por aquello de que ciertos aspectos de la Pasión, el recogimiento y la vivencia de la Semana Santa parece que alguien ha tenido interés en irlo arrinconando, como si eso fuera algo que ya estuviera desfasado.

Muñoz Valente que ha vivido plenamente lo que es la Semana Santa, aunque no es un persona mayor, además de conocerla, la vive y en su pregón trató de hacérsela vivir a los asistentes a ese acto.

Muñoz Valente, que en los últimos años, ha sido hermano mayor de la Pollinica, ha vivido desde dentro, sigue viviendo y trata de que todos los demás agucen el ingenio, miren hacia su interior y sepan comprender lo que es una Semana Santa.

Además de la profundidad de las palabras del “pregonero” de esta Semana Santa hubo un verdadero espectáculo, pero de los de verdad, con la Banda de Música Ciudad de Ceuta al comenzar con la marcha Amargura.

Una marcha, con un nombre, que cruje a lo largo de todos los días venideros. Amargura y Pasión están en el centro de la ofrenda que se hace, de sí mismo, el propio Cristo, para que, a través de su dolor, llevar la paz, el bien y la gloria a toda la humanidad.

Son términos duros, pero al propio tiempo marcando un inicio y unas secuencias que nos llevarán hasta la resurrección y la gloria final.

Y en este pregón no había nadie que fuera excluido. La ofrenda de sí mismo, llevada a cabo por Cristo, no excluía, más bien trataba de aglutinar, de unir a todos y eso es lo que se ve en el recorrido que hizo Muñoz Valente por todas las hermandades, para concluir con un final que dedicó a Madre de Dios de la Palma, como titular de su Hermandad, a la que dedicó, no podía ser de otra forma, un apartado muy especial.

La opinión de los expertos en este tipo de ceremonias admiten que fue un gran pregón, muy sentido, muy preparado y con la intención de que esté a la altura de lo que es, representa y significa la Semana Santa aquí en Ceuta.

Muy buena presentación, también hay que resaltarlo, del pregonero del pasado año, señor Mariscal Rojas, y una concurrencia numerosa de ceutíes, de personas jóvenes y más mayores que disfrutaron con lo que es la entrada de una Semana Santa más.
 

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