El ámbito ortodoxo-castrense está sufriendo una metamorfosis
dirigida a una etapa en la que debe adaptarse a los rigores
que exige la nueva era militar: menos hombres, más
tecnología y más formación educativa. Europa, la OTAN, la
ONU y demás, acucian.
Por un lado están los militares de la antigua escala de
oficiales, que deben convertirse en células más preparadas,
tanto como los militares incluidos en la escala superior de
oficiales. Ambas estructuras quedarán integradas en un solo
cuerpo. Por otro lado, los jóvenes cuya intención sea la de
acceder a la Academia militar de oficiales no lo harán
mediante una preparación de cinco años semejante a la que
habían hecho sus antecesores hasta ahora, sino mediante un
plan remozado y más competitivo.
Estas dos metamorfosis se completarán en 2010. El músculo
militar habrá cambiado. Este año se observa un ejemplo de lo
que ya es el comienzo de la nueva realidad: el Ministerio
sorprendió con una Ley que ampliaba la edad para ser soldado
a 29 años y que aumentaba el número de tropa en 5.000
personas, de 81.000 a 86.000 efectivos.
Hasta enero de 2008 no se aprobó la integración de la
definitiva escala de oficiales. Esta norma ha provocado
protestas por parte de oficiales pertenecientes a la escala
superior, ya que consideraban un agravio el hecho de que
seis meses de curso dieran a oficiales de la escala inferior
un rango similar a la superior. Y es que unos han necesitado
cinco años de Academia, mientras que otros consiguieron ser
tenientes tras solamente dos años en la Academia y después
de haber sido suboficiales en una etapa anterior. Pero
también hay incertidumbre en los que actualmente componen el
grueso de suboficiales del Ejército.
Una pregunta ronda en sus cabezas: “¿tendremos nosotros la
oportunidad de ser oficiales?” Desde hace dos años no se
convocan plazas para dar el salto cualitativo para empuñar
el sable y no el fusil. La legislación que regulará esta
pregunta también está en proceso de construcción. Voces
ilustradas en el asunto apuntan a que a los suboficiales del
futuro se les exigirá al menos una licenciatura. Además,
posiblemente, para llegar a ser suboficial se necesitará un
periodo de Academia de tres años, uno más de lo estipulado
en estos momentos.
Actualmente, los capitanes, comandantes y tenientes
coroneles que pertenecían a la escala de oficiales hacen en
Madrid un curso de seis meses para la integración en la
futura escala única de oficiales. Algunos puestos de trabajo
están desiertos a la espera de que regresen sus ocupantes de
Madrid, probablemente en junio. El resto de capitanes y los
tenientes completarán este mismo curso en los meses
sucesivos, y la mariposa estará ya más cerca de salir del
capullo en su metamorfosis.
Con la escala única se conseguirá que todos los oficiales
puedan optar a ser generales, ya que actualmente sólo podían
llegar a ello los de escala superior. Los de escala inferior
terminaban su ascensión en el rango de tenientes coroneles.
Nuevo sistema académico
El plan de Bolonia también va a influir en el mundo
castrense debido a su famoso ‘grado’ en la formación de los
oficiales. Los jóvenes necesitarán aprobar la selectividad
(como hasta ahora), una oposición de acceso (similar a la de
ahora) y entrarán en una especie de ‘miniuniversidad’, un
organismo adscrito a la Universidad (así se le llamará
oficialmente). En el caso de los que quieran ser oficiales
del Ejército de Tierra, los alumnos harán su formación en
Zaragoza; en el caso de optar a la Armada, lo harán en
Pontevedra; y los que aspiren al Aire, en Murcia. Para todos
ellos el sistema será el mismo. En primer lugar, cuatro años
de Ingeniería (aún por especificar). El número de jóvenes
que ingresen en esta miniuniversidad será aproximadamente el
doble de los que a los cuatro años accedan a la Academia
para hacer un año de instrucción puramente militar. Los que
no consigan dar este salto habrán obtenido un grado y se
incorporarán a la vida civil con su titulación de
ingeniería. El resto, los afortunados, finalizarán en la
Academia un periplo de cinco años y saldrán como tenientes a
la vida de oficial.
El examen de oposición para entrar en la miniuniversidad
será menos exigente que el existente en la actualidad, ya
que todos los que lo superen se aseguran salir licenciados
como oficiales. Durante los cuatro años de ingeniería que se
impartirán desde el curso 2010/2011 (será cuando entre en
vigor el nuevo sistema) se impartirá una suave visión
militar, pero el grueso irá dirigido al grado de ingeniería.
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