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OPINIÓN - MARTES, 31 DE MARZO DE 2009

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

Sobre la separación por sexos
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

Conviene recordar lo ya publicando en estas páginas sobre la “educación diferencial”, a la manera de introducción. Nos remontábamos a la antigua Ley de Instrucción Pública de 1945, donde no estaba permitido que los alumnos se “mezclaran” con las alumnas. Aulas para maestros y niños; aulas para maestras y niñas. Y, por supuesto, separación en los recreos, existiendo en los centros de muchas unidades los “sólidos” muros que impedían que los chicos se unieran con las chicas.

Con la Ley del 70, Educación General Básica, las cosas cambiaron al establecerse la enseñanza mixta, también llamada coeducación. Así, nos incorporábamos a los países más avanzados. Pero algo ha debido de funcionar mal, después de muchos años de normalidad, donde no parecía que, con seguir las pautas marcadas por otros países, lo anteriormente realizado fue un error. Y es que, en nuestro país, se ha emprendido una “cruzada” en pro de la educación diferenciada, que ya triunfa en los colegios públicos de países progresistas.

Las chicas que estudian en clases a las que sólo asisten otras chicas, tienen mejor rendimiento académico en Secundaria, que las que las hacen con chicos en clases mixtas. Así, lo ha confirmado un amplio estudio realizado en el Reino Unido, país en el que la generalizada coeducación convive con una tradicional presencia de centros exclusivamente masculinos o femeninos, también en el sector público.

Esa diferencia se explica por el hecho de que se evitan las distracciones que a esas edades puede suponer el sexo opuesto, por la falta de coacción ambiental, por no destacar en materias que en ocasiones las mismas chicas consideran más masculinas (ciencias, física y matemáticas) y por la mayor autoconfianza que entre las alumnas genera el hecho de no estar siendo observadas por sus compañeros.

Los beneficios de la enseñanza en clases de un solo sexo, han sido ya apuntados por numerosos estudios, sobre todo en el caso de la educación separada de los chicos. El informe elaborado por la “Guía de las buenas escuelas” viene a corroborar esto con una de las investigaciones más amplias realizadas hasta la fecha, entre 700.000 alumnos de escuelas públicas (no se ha considerado las escuelas privadas por si cuestiones socioeconómicas pudieran alterar la comparación).En el Reino Unido hay 221.000 chicas y 160.000 chicos que estudian en centros de Secundaria de un solo sexo, dentro de una población escolar pública de 3,5 millones de estudiantes.

La ventaja sobre la coeducación, según las conclusiones del informe viene marcado por todo el rendimiento escolar de las chicas que comienzan Secundaria en una posición académica débil; si van a clase con personas del mismo sexo puede esquivar el fracaso escolar, y además, acabar el ciclo formativo en buena posición. Por lo que se refiere a la educación exclusivamente para chicos, las diferencias que se aprecian no son tan destacadas y concluyentes.

La comparación se estableció entre 71,289 estudiantes de colegios femeninos y 647.942 alumnos de centros mixtos, con el análisis de las notas obtenidas entre 2005 y 2007. Además, se tuvieron en cuenta la situación económica de sus familias y el grado educativo alcanzado por sus padres. Todo ello determinó el Valor Contextual Añadido (CVA, en sus siglas inglesas).

Las chicas que, habiendo obtenido motas medias en Primaria y comienzan la Secundaria en centros en los que sólo hay alumnas, terminan sus estudios con CVA seis veces superior al obtenido por las que van a colegios mixtos.

Para la Asociación de Escuelas de Chicas, en centros de un sólo sexo, “las chicas tienen más autoconfianza, y es más probable que hablen por sí mismas y se presenten voluntarias para hacer cosas delante de las demás porque están menos preocupadas por lo que los chicos piensan de ellas”.Por otra parte, explica que entre sus alumnas está bien visto “ser muy buena en cualquier materia, incluidas las matemáticas, las ciencias y la física; nadie te pregunta por qué te gustan cosas de chicos”

Pero,¿Cuál es la situación en nuestro país?. Pues, conviene tener presente, que la libertad de opción de los padres con una pluralidad de modelos educativos, en los momentos actuales, no los hay en España, ya que en colegios públicos es exclusivamente mixtos, frente a países como EE.UU., Alemania, Francia, Australia, Suecia….Pero como síntesis, el niño no debería ir a la escuela mixta porque ahí se desprecia los ritmos de aprendizaje y se pasa de la igualdad al igualitarismo… Por lo tanto, estamos perdiendo la gran oportunidad, si no adaptamos los métodos docentes a la forma de aprender de los cerebros de niños y niñas. La coordinación entre la ciencia y la educación está dando resultados óptimos… Si seguimos aplicando métodos rechazados en otros países, España se quedará atrás.

Los intentos, de inmediato, quedan en eso. Y esto es lo que esta ocurriendo en la actualidad: “los colegios españoles que separan por sexos y reciben dinero público pueden verse discriminados por elegir ese modelo educativo”. Varias autonomías –Andalucía, Asturias, Galicia, Cataluña, Castilla-La Mancha…- han mostrado ya su intención e incluso algunas la han plasmado en normativa, de suprimir los conciertos o no suscribirlos con centros que ofrecen el modelo diferenciado. La última comunidad en sumarse ha sido Cantabria. Acaba de comunicar a un centro, que lleva doce años concertado que le retira la subvención.

Si queremos eliminar el tan traído y llevado fracaso escolar –la educación diferenciada puede ser la solución- nuestro sistema educativo tiene que “abrirse más”, en una palabra, modernizarse. Si seguimos como las ideas surgidas en los años setenta, los resultados seguirán siendo poco satisfactorios.
 

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