El colegio Abi Al-Hasan Acharri, ubicado en los bajos de la
mezquita de Sidi Embarek, celebró ayer con un sencillo acto
abarrotado de mujeres el décimo aniversario del inicio sus
clases “por la integración de la mujer musulmana” con la
presencia del imam del templo, Ahmed Liazid; la directora
del centro, Yalila Liazid, y el vicepresidente de la Ciudad,
Pedro Gordillo.
El colegio Abi Al-Hasan Acharri renovó ayer su compromiso
con la educación en valores cívicos y la convivencia
multicultural en una ciudad “que tiene mucho que enseñar” de
ello al mundo, según destacó en su intervención ante los
medios la directora del centro, Yalila Liazid, que prometió
“mano férrea” para asegurar el mantenimiento de esos
principios en su área de influencia, que a juzgar por la
asistencia que registró la celebración del décimo
aniversario del inicio de sus clases para mujeres no es
pequeño.
Además de la amplia y rica comunidad de la mezquita el acto
contó con la presencia de la diputada del PP en la Asamblea
y coordinadora del área de Multiculturalidad y Convivencia
del partido Ana María Benítez, a la que Yalila Liazid
describió como una fiel “amiga y colaboradora” desde muchos
años atrás y a la que se rindió un pequeño homenaje en forma
de placa conmemorativa.
Junto a ella compartió tiempo, charla, té y pastas con los
presentes el vicepresidente de la Ciudad, Pedro Gordillo,
que durante unos minutos charló en el despacho de Ahmed
Liazid con el principal imam de Ceuta.
El líder del PP regional aprovechó el acto para elogiar la
actividad del centro con las mujeres y su propio compromiso
en educarse y formarse “para dignificarse”. Además, defendió
el “valor” que su partido siempre ha dado al género femenino
“no por cuotas, sino por su propia valía y por lo importante
que es contar con su saber, pues entre otras cosas son las
principales transmisoras de las tradiciones y los valores
entre generaciones, y su partipación”.
A este último punto dedicó sus palabras Yalila Liazid, mujer
comprometida como su madre, que se congratuló por el trabajo
desarrollado en favor de la mujer, “apartada durante años en
muchos sitios, incluidas algunas mezquitas”, y de su
implicación social.
Para terminar, pronunció una de las mejores frases que se
han oído sobre la ciudad, entre tanto de lo dicho, en mucho
tiempo: “Cuando yo era pequeña no nos distinguía ni la
religión ni la cultura; éramos hermanos porque nos unían
tantas cosas que no veíamos diferencias entre nosotros.
Ojalá se cumpla ese sueño”.
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