Estoy en la cola de la
administración de loterías al objeto de sellar los boletos
de la quiniela semanal. Los viernes suele incrementarse la
mencionada cola.
Cuando en un momento determinado suena un fuerte ruido. Uno
de los que estaba en la cola, un hombre de 60 a 65 años al
parecer, acaba de caerse de espaldas al duro pavimento de la
acera.
Ha vomitado en la misma puerta, al caerse se ha abierto el
cráneo por la parte de atrás. He avisado a todo el mundo que
lo rodeaba que no lo movieran, al tratar yo de colocarle la
cabeza de manera que no tuviera dificultades para respirar,
me mancho la mano de sangre. Pido algo blando para colocarlo
debajo de su cabeza y me dan un rollo de papel de cocina.
Al poco tiempo vienen los de la ambulancia y lo atienden.
Sello las quinielas y me largo a buscar a mi hijo pequeño al
colegio.
Un incidente más en la cotidianeidad de la vida, ignoro si
seguirá vivo el hombre que se cayó porque al dejarlo en
manos de los médicos estaba totalmente gris. Ignoro como se
llama porque no podía hablar.
Bueno, dejemos de lado este episodio y centrémonos en la
política.
La actuación de Mariano Rajoy en el debate de control al
Gobierno da pena. Una actuación fuera de toda lógica en unos
momentos en que el mundo está pendiente de España y tratar
de poner en ridículo una actuación gubernamental en esas
condiciones no es otra cosa que mofarse de sí mismo.
El ataque del jefe de la oposición resulta ser a todas luces
esperpéntico cuando dice “La retirada de Kosovo demuestra
que Vd. no tiene política exterior. Aquí no se sabe quién
manda; si manda Vd., si manda el ministro de Exteriores o si
manda la ministra de Defensa. Vds. han decidido
unilateralmente una retirada de tropas de Kosovo, que es una
retirada ideológica y, además, obedece a razones puramente
domésticas, de política interna, por su adversión a
reconocer la independencia de Kosovo, que, por cierto,no es
ilegal porque fue tutelada por la propia Unión europea. Y
ciertamente no sólo por su adversión a reconocer la
independencia de Kosovo, sino por su miedo al posible
contagio en el Estado español”
Semejante disparate sólo puede pronunciarlo un enfermo
esquizofrénico. Si recordamos la postura del propio líder
pepero en referencia a Kosovo y su relación con el intento
de determinación del País Vasco. Su reacción, entonces, es
la que están efectuando ahora los socialistas.
Semejante cinismo ya no entra en la ética política de un
país que lleva 32 años de supuesta democracia y sólo
demuestra la explosión de una rabia mal contenida por no
haber ganado, en segunda instancia, las elecciones
generales.
No es lógico ni equitativo que ahora salga en defensa de la
independencia de Kosovo… veremos cómo se comporta si
Catalunya y/o Euzkadi consigue intentar las suyas. De ahí el
falso juego antidemocrático del todo vale en referencia a
los acuerdos entre los socialistas y los peperos para ocupar
la dirección del País Vasco con una alianza totalmente
contra natura.
En cuanto a la “hazaña” de El Perejil, causa risa la actitud
de parte de los políticos y algunos militares de darle tanta
importancia “derrotar” a diez escuálidos soldados marroquíes
con alpargatas mediante un operativo de increíble alarde
mediático como suelen hacerlo los americanos. Demuestra
solamente que el PP tiene la paranoia de los rusos, respecto
a Marruecos en relación con la OTAN.
Esperemos a las nuevas elecciones, esperemos que gane el PP,
esperemos que vuelvan a cometer atrocidades,,, como si lo
viera en estos tiempos inermes.
Esto no es oposición. Esto es una burda operación de
desgaste del país, que no del Gobierno, de cara al resto del
mundo transformándolo en una especie de país bananero. Aquí,
en éste país, la oposición se basa únicamente en averiguar
si el contrario se hurga la nariz con el dedo meñique de la
derecha o izquierda para después publicar la burilla que
saca.
Días peores vendrán, no lo duden, y cada vez más se hundirá
la credibilidad de nuestros políticos con esas basuras
amontonadas. La cita de Fidel Castro sobre nuestro país, al
que llama “Viejo Imperio con muletas” ya es algo sonoro.
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