Luce un día fresco y claro, con el
sol en lo alto y una brisa lozana soplando desde la nevada
Cordillera Cantábrica. El elegante palacio arzobispal
diseñado por Gaudí, con su piedra parda y sus cúpulas
pizarrosas, como un pequeño castillete de hadas, destaca
orgulloso al lado de las viejas murallas romanas de la
antigua capital de los astures en la histórica Astúrica
Augusta, Astorga, una de las cinco ciudades (junto a Lugo,
Mérida, Zaragoza y Braga, además del enclave militar de
Gijia/Gijón) levantada, a lomos de los inicios de la Era
Común, por el emperador Augusto.
Acabo de telefonear a Marruecos sorprendido por una reciente
información periodística de ayer mismo en Ceuta y me
confirman que, efectivamente, el parlamentario del PJD y
profesor de la Universidad “Abdelmalik Essaâdi” acudirá hoy
sábado a Ceuta, inch´Aláh naturalmente, a la mezquita de
Moulay El Mehdi (“la mezquita de Franco”, para nuestros
antiguos moros) a impartir la conferencia prevista sobre
“Convivencia”. Siento mucho no estar por esas tierras
africanas para acudir a la misma, pero oportunos consejos de
quienes saben además de un estado de salud un tanto frágil,
me aconsejaron poner leguas de tierra por medio y, como
hacen los cuervos, acabar volviendo -sin importar el tiempo-
a la peña. No es fácil, pues entre el trabajo vocacional que
me traigo y con el que disfruto, los buenos amigos a un lado
y otro de El Tarajal y, sobre todo, mis dos grandes amores
(una adulta y la otra, ¡hay!, frágil, tierna y muy
pequeñita) quedan atrás… Pero la salud… y la seguridad, son
lo primero. Estaré una muy larga temporada alejado del
“limes” por lo que, salvo algunas notas generales, no
esperen de mí durante estos meses detalles sobre el terreno;
al contrario que otros -la ignorancia siempre es atrevida-
de lo que no cato no escribo y, para serles sinceros,
mantengo razonables dudas sobre lo que muchas veces puede
leerse en la red. No se imaginan la cantidad de aviesa
“desinformación”, intoxicación para ser exactos, que pulula
envenenadora por internet
En cuanto a Amín Boukhoubza, darle la bienvenida (nobleza
obliga y cortesía también) a Ceuta, este entrañable trozo de
España en el Maghreb. También le animo a perfilar su enfoque
de la convivencia, aprovechando la ocasión para despejar
muchas dudas recordándole al destacado auditorio que sin
duda va a escucharle, como me afirmaba el martes pasado en
Tetuán, que lo de “Al Andalus” es historia pasada (como lo
fue la Mauritania Tingitana), que el modelo de convivencia
islámica (estatuto de los “dimmíes” o protegidos para el
Pueblo del Libro, judíos y cristianos) fue notable en su
tiempo, pero que el punto referencial y convergente hoy día
es la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las
Naciones Unidas. Para todos. ¿O quizás no…?. Porque, por
otro lado, también está ahí la “Declaración de Derechos
Humanos Islámicos” de El Cairo, que seguro mi estimado
Boukhoubza conoce muy bien. Yo le invito cordialmente, desde
estas líneas, a hacer un didáctico paralelismo y sacar, por
aquello de la convivencia tanto en Europa como en los países
de referencia islámica, las conclusiones oportunas. En todo
caso, “Marhaba” a España profesor.
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