Queda todavía unos restos de virus
desperdigados por ahí, virus gripales, que afectan a buena
parte de la población y ello conlleva que las salas de los
hospitales, las de Urgencias sobretodo, estén colapsadas.
Hay gente que por un simple catarro prefieren acudir a
Urgencias en vez del médico de familia. Deben saber que en
Urgencias no recetan los medicamentos con el papel oficial
de la Sanidad por lo que es una pérdida de tiempo. Para el
médico y para el paciente, por cuanto tiene que volver al
médico de familia para lo de la receta si quiere
beneficiarse del descuento correspondiente.
En Urgencias psiquiatras metería yo a esos políticos que se
pasan las horas con la demagogia por montera.
Me refiero a esos debates en el Congreso de Diputados con
continuas referencias a temas del pasado que no tienen nada
que ver con la situación actual del país. Están
empobreciendo la calidad dialéctica del ruedo político hasta
límites intolerables.
La presión continuada que ejerce Rajoy contra el Gobierno en
cada asunto, ya parece un culebrón colombiano o mexicano con
más capítulos que la propia Biblia.
Si cree Mariano Rajoy que con sus palabras hundirá a
Rodríguez Zapatero, en el asunto último de Kosovo, está muy
equivocado porque realmente con sus ataques está poniendo en
ridículo al país entero de cara al resto del mundo. Aparte
de que está utilizando el juego de la cortina de humo para
desviar la atención de otros temas claramente perjudiciales
para los peperos.
Tal vez se hayan equivocado o no en el tema de Kosovo, los
socialistas, pero hasta ahora las únicas y continuadas voces
estridentes contra esa decisión sólo parten de dentro del
país lo que ya nos debería dar vergüenza. Demasiada. A los
únicos que les da gracia este asunto, desgraciadamente, es a
los etarras. Las infantiles contradicciones de los miembros
del PP se plasman en declaraciones plasmadas de episodios
vergonzantes y su postura deja mucho que desear. ¿O tal vez
están cabreados porque esperaban dar ese paso cuando
ocuparan el Gobierno?
El acorralamiento a Rambo, digo al presidente del Gobierno,
durante cuatro horas me parece excesivo si todo el mundo
está de acuerdo en que tenían que salir nuestras tropas de
Kosovo. Mientras la OTAN y la UE callan después de las
explicaciones del Ejecutivo español… los de la oposición
siguen la polémica ofreciendo un espectáculo lamentable.
Ya dentro del tema económico la postura del PP, alineación
extrema con los ricos en detrimento del trabajador, es
utilizada por Rajoy para intentar remachar “lo malo que es
Zapatero en economía” y hace todo lo posible por ningunear
la política social además de intentar desviar la atención
general sobre los problemas internos de su propio partido.
Hasta osó desviar el tema de la Caja de Madrid colocando en
la mesa un problema de la Caja Castilla-La Mancha que no
tocaba.
Entretanto sigue el juicio del avión-patera en el que
murieron 62 militares españoles de los cuales treinta fueron
identificados falsamente. Las contradicciones de los
testigos en el juicio y los intentos de desviar la mayor
parte de la culpa a los turcos deja en evidencia algo oscuro
que tratan de evitar salga a la luz pública. ¿Por qué no
declaran sinceramente lo que sucedió? ¿Por qué no pueden
testificar los políticos peperos que mandaron en el asunto?,
si como afirma el general Beltrán, el exministro de Defensa,
Federico Trillo (PP), ordenó que se trajeran cuanto antes
los cadáveres.
Claro, para algunos dirigentes conservadores un muerto no es
otra cosa que eso: un muerto. Poco importa que sea
identificado o no, no es su problema según manifiesta la
postura de ese exministro y en vez de ayudar a la famila la
lía con el primero que encuentra. Si ya conocía las
dificultades por reconocer los cuerpos… ¿por qué no lo
declaró en su momento?
La historia siempre se escribe así: pagan unos inocentes por
los verdaderos culpables y encima los inocentes no saben
cómo sacarse el muerto de encima y los culpables se ponen a
mandar en los temas de los que son, precisamente, culpables.
Menudo país.
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