Tras la inopinada y reciente
rotura de relaciones diplomáticas, a iniciativa de Rabat,
con la República Islámica de Irán, oficialmente por los
intentos anexionistas de Teherán hacia el Emirato de Bahrein
que el Reino de Marruecos ha criticado duramente (¿quizás
influenciado por Arabia Saudí?), se ha desencadenado en los
últimos tiempos un hostigamiento a todo lo que huela a
shiísmo en el país, que los medios islamistas marroquíes (de
referencia tradicional o sunní) con los que este escribano
ha consultado, no dudan en calificar de “una nueva
Inquisición”.
¿Realmente, está la práctica religiosa marroquí amenaza por
el shiísmo…?; puede verse afectada la “unidad espiritual de
Marruecos… Las amenazas de Teherán a Bahrein, ¿son motivo
suficiente para una medida diplomática de este calibre?. Con
independencia de la penetración shií en el tejido religioso
marroquí, que trataremos un día de éstos, conviene enfatizar
tres cuestiones:
1. La legitimidad religiosa de Amir al Moumenín, el rey
Mohamed VI, viene dada por el origen de su pertenencia a la
familia del Profeta, algo que curiosamente no encaja bien
con la práctica política sunní.
2. Históricamente, el Marruecos actual fue fundado y
desarrollado por la dinastía almorávide (de étnia bereber o
amazigh) desde la fundación de la capital, Marrakech, de
donde se derivaría el nombre. El forzado intento de la
Dinastía Alauí por entroncar con los idrisíes (¡de ideología
shií!) y la fundación de Fez, debe enmarcarse en la búsqueda
de referencia y legitimidad por la ascendencia de Mahoma, lo
que no deja de ser la cara de Jano.
3. Finalmente y como axioma, cuando menos desde los tiempos
de Hassán II, “La estabilidad política interna marroquí
descansa en cierta estudiada inestabilidad externa”.
Política común, por cierto, a todos los regímenes
autoritarios y Marruecos, aun sin duda con una cara amable,
lo es.
Recordemos que la última revisión de la Constitución del
Reino de Marruecos enfatiza, con la tradicional política
dual del país, que “Marruecos es un Estado islámico…” aun
cuando respeta y acata la “Declaración Universal de Derechos
Humanos” de las Naciones Unidas; Declaración que, es público
y notorio, consagra como derechos fundamentales de la
persona la libertad de pensamiento y de religión, libertades
que… ¿están garantizadas en Marruecos?. Ayer y antes de
salir por una buena temporada de Martil, me fue imposible
conectar dada la premura del tiempo con el iraquí dueño de
una céntrica líbrería, sita en una pequeña calle frente a la
cerrada biblioteca entre la Plaza Beranziarán (antiguo Plaza
de España cuando el Protectorado) y la Mezquita Kebir. El
hombre fue, no detenido, sino interrogado a fondo por la
policía y registrado su pequeño establecimiento en búsqueda
de publicaciones religiosas shiítas. Hace bastantes años y
bajo la férula Hassán II, la persecución contra los
liberales Baháis fue implacable. ¿Estámos volviendo a las
andadas…?-
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