Según consta en el Boletín Oficial de la Ciudad de Ceuta (BOCCE)
publicado en diciembre de 2001, la Asamblea General
ostentará entre sus atribuciones aprobar los presupuestos de
cada año, algo que según asegura el ex miembro de la junta
directiva Pérez Almagro, “no se ha hecho al menos desde hace
dos años”.
El presidente de la Asociación de Vecinos de Puertas del
Campo, José Pérez Almagro, envió una carta esta semana a los
medios de comunicación para denunciar que el Consejo del
Mayor estaba incumpliendo uno de los artículos aprobados en
su Reglamento del 14 de diciembre de 2001, el hecho de no
haber celebrado este año una Asamblea General para dar a
conocer los presupuestos aprobados por el Consejo y la
liquidación de los correspondientes a 2008. Tras el último
convenio firmado entre el Consejo del Mayor y la Consejería
de Bienestar Social, el órgano del mayor pasaba a gestionar
30.000 euros además de un local social que se inauguró
públicamente en julio del pasado año (en 2009 la cantidad
ascenderá hasta los 36.000 euros).
Pérez Almagro, que también fue ex miembro de la junta
directiva de este Consejo, al menos hasta el 12 de diciembre
de 2008, exigió que se dieran a conocer las cuentas de 2008,
además de denunciar, a su entender, otros asuntos que
“cuestionan” el funcionamiento del Consejo, como un
“desconocimiento” de la junta directiva para gestionar este
organismo, como carecer de cursos acreditativos.
Según se recoge en el Reglamento, la Asamblea General está
formada por Federaciones y Confederaciones relacionadas con
los mayores, asociaciones o entidades de mayores reconocidas
legal y estatutariamente como tales, Federación de
Asociaciones de Vecinos (a través de sus asociaciones de
vecinos) y las organizaciones sindicales más representativas
para pensionistas y jubilados. Centros de mayores como el de
Villajovita, el del Imserso, el Espacio de Caja Madrid y
todas las asociaciones de vecinos con mayores tienen derecho
a estar presentes en la Asamblea General que debe celebrarse
cada año por Reglamento. Entre las funciones de esta
Asamblea recae el derecho a señalar las líneas de actuación
del Consejo; elegir y cesar a los miembros de la Comisión
Ejecutiva, por mayoría absoluta, salvo el presidente, que
será nombrado y separado libremente por el presidente de la
Ciudad Autónoma de entre los miembros del Ayuntamiento;
crear las Comisiones Especializadas que estime oportuno;
(...); aprobar los presupuestos del Consejo y la liquidación
de los correspondientes al año anterior; (...); controlar,
supervisar e impulsar la tarea de los demás órganos.
Este reglamento aprobado en 2001 es la base del
funcionamiento del Consejo del Mayor y rige los estatutos
que se aprueben sucesivamente dentro del Consejo. Carlos
Villón, secretario del Consejo, aseguró ayer que las cuentas
las conoce la Junta Directiva y la presidenta del Consejo,
Carolina Pérez, y subrayó que al ser un Consejo y no haber
socios no existía la obligación de convocar una Asamblea
General, algo que se opone al Reglamento. “Nuestras cuentas
las conoce Carolina Pérez y el interventor; si hubiera algún
desajuste ya se encargarían de decírnoslo ellos”, aseveró
Villón. Sin embargo, la Asamblea General cuenta entre sus
atribuciones con la función de control.
Carlos Villón invitó a Pérez Almagro a que visitara
personalmente el Consejo del Mayor para darle a conocer las
cuentas de todo el 2008. En un documento sellado por el
Consejo del Mayor, a 31 de diciembre de 2008, se habían
utilizado 21.855 de los 30.000 euros recibidos por convenio;
el resto, quedaba como saldo para 2009.
Aún así, Pérez Almagro insistió en el derecho de los mayores
a conocer los datos y a aprobarlos o rechazarlos en Asamblea
General. Éste también puso sobre la mesa otra denuncia y la
esgrimió como uno de los motivos que le llevaron a abandonar
el Consejo del Mayor (aunque Villón aseguró que Pérez
Almagro fue expulsado del consejo): “Todos los miembros de
la junta directiva tienen derecho a integrar una de las
mesas de las cenas del mayor que se organizan cada año; sin
embargo, otros tienen que estar haciendo cola desde la
madrugada para conseguir una entrada. Lo mejor sería
repartir las entradas de manera que a unos les toque en un
momento y a otros, en otro”, comentó.
Esta disputa provocó en el día de ayer que incluso una de
las vocales del Consejo considerara la posibilidad de
dimitir próximamente.
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La presidenta del Consejo revisará actas y estatuto
La presidenta del Consejo del
Mayor, Carolina Pérez, figura designada por el presidente de
la Ciudad, lamentó lo sucedido y aseguró que todos los datos
del órgano que ella regenta están justificados. “Si el
interventor o yo hubiéramos visto algo, lo hubiéramos hecho
saber rápidamente, y ninguno de los dos lo hubiéramos
firmado”, aseguró. Pérez encargó ayer a uno de los técnicos
de la Consejería de Bienestar Social que revisara las actas
del Consejo y que analizara el estatuto para conocer quién
lleva razón en este asunto. “Ellos (por el Consejo) tienen
autonomía propia y nosotros nos limitamos a darles una
subvención, un local y controlar los gastos”.
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