Hay una persona que aprecia a
Carlos Chocrón en la misma medida que yo o incluso más.
Y en las ocasiones que nos vemos, que son más bien pocas,
raro es que en nuestra charla no salga a relucir el nombre
de Carlos. Días atrás me habló de que éste y Alicia,
su mujer, estaban pasando una temporada en Madrid,
disfrutando de lo lindo con sus nietas. Hijas de Moisés,
y que han conseguido que los abuelos vuelvan a reír de
verdad.
Pero esa persona me dijo, además, que había guardado para mí
un número especial de ‘elEconomista’: El primer diario
socioeconómico. En el cual venía nuestro amigo. Hace días lo
recibí. Un detalle que le agradezco. Lo que lamento es que
no quiera salir en los papeles. Pues así me lo tiene dicho.
La portada del referido periódico destaca el cuaderno
central en el cual nos especifica Quién es Quién de la
economía, la empresa y la política. Y en efecto, allí
aparecen los presidentes de Bancas, Cajas y Aseguradoras,
los de Turismo y Transporte, los de Energía, Tecnología,
Empresas y Asociaciones de Medios de Comunicación,
Alimentación, Distribución y Textil, Analistas, Políticos,
etcétera. Y en las paginas destinadas a los varios, aparece
Chocrón Como presidente de Chocrón Joyeros.
El martes me llegué a la joyería para ver si Carlos se
encontraba ya en su despacho. Y acerté. Y no pude por menos
que darle las quejas por no haberme puesto al tanto, en su
momento, de cómo había sido distinguido en las páginas de ‘elEconomista’.
Que no había derecho a que yo me hubiera tenido que enterar
por terceras personas.
Y Carlos, paciente y con esa sonrisa que suele aflorarle
cuando trata por todos los medios de decirte que ya está
bien de monsergas, intervino para cambiar de tercio.
Lo primero que hizo es invitarme a un café. Y luego, así
como quien no quiere la cosa, me llevó a su terreno. Y fue
para recrearse contándome lo bien que se lo había pasado con
sus nietas. Y tiró de fotografías para mostrármelas. Y,
sabiendo lo que sé, me entregué de lleno a la tarea de
verlas.
Pero entre ellas, entre todas esas fotografías de las
pequeñas haciendo malabares para trastornar la chaveta de
sus abuelos, había otras instantáneas en el sobre que
también llamaron mi atención. Tal vez por deformación
profesional.
En una de ellas aparece la familia Chocrón prestando mucha
atención a las explicaciones que les está dando Sara
Baras, en un acto festivo, debido al agradecimiento de
la bailaora por haber sido distinguida de manera singular
por Chocrón Joyeros.
Y es que la casa ha creado una joya exclusiva para la
estrella gaditana. Y aún más: ha patrocinado su espectáculo
La Carmen de Bizet en el Lópe de Vega de Madrid. Un éxito
monumental, en todos los sentidos.
Tras el repaso a las fotografías, acabamos hablando de
Moisés, a quien tuve la suerte de tratar cuando vivía su
juventud a todo trapo y se mostraba ya como esa persona
encantadora y capaz de ganarse a la gente para cualquier
causa en un abrir y cerrar de ojos.
No me extraña, pues, que en la revista Emporio digan de él
que su don de gentes y el trato exquisito con que trata a
sus clientes están a la altura de las piezas que
comercializa. Y es que, en este caso, cabe el refrán que
reza así: “De casta le viene al galgo”.
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