Se acabó lo que se daba. Suena precipitado, teniendo en
cuenta que restan siete jornadas para el final de temporada,
pero la AD Ceuta echó el cierre en la noche de ayer a lo que
resta de campeonato. Cuando los ceutíes desaprovecharon una
magnífica oportunidad de cambiar la dinámica negativa que
acumulaban, al recibir en el Alfonso Murube a la Balompédica
Linense, colista herido de muerte. Sin embargo,
incomprensiblemente, los papeles se cambiaron. Y los
caballas ejercieron de farolillo rojo, mientras los linenses
se erigieron de equipo con aspiraciones. ¿El motivo? Falta
de actitud, de ambición, de amor propio... para gustos,
colores. La cuestión es que los de blanco se fueron
abroncandos tras empatar un partido que perfectamente
pudieron perder.
Ya a las primeras de cambio se vio que la cosa no iba a ser
fácil, teniendo en cuenta que la Balompédica Linense no vino
a tierras caballas a hacer turismo. Y así, cuando todavía
retumbaba en los oídos del respetable el pitido inicial,
empezaron a aparecer síntomas de que la cosa no iba bien. El
primer indicio se apreció en la falta botada por David Fas
que se estrelló en el único hombre que formaba la barrera.
Un David Fas que perdió el esférico ante Joseph, quien puso
un balón a Miguélez para que, sin oposición, rematara
demasiado cruzado. Un aviso que no sería el último, ya que
los de Baby lo tenían claro: volcar el juego en el costado
zurdo de su ataque, donde Bernat no daba una. Sin renunciar
a la banda derecha, donde Marín colgó una pelota que Sergio
Castaño despejó a saque de esquina ante la amenaza de
Manrique.
Con los balonos bien plantados sobre el campo, los ceutíes
intentaban sobreponerse ante la adversidad a base de
arreones. Y en uno de esos ramalazos, ante la fragilidad
defensiva, los ceutíes se adelantaron al aprovechar Javi
Navarro un balón en el interior del área, que acabó en el
fondo de las mallas tras un disparo cruzado del conileño. Un
Javi Navarro que, en acción individual, probó fortuna desde
el vértice del área con un disparo cruzado que acabó en las
manos de David Pérez. Aunque mucho más clara fue la que tuvo
Onyema Elvis, al ponerle David Fas un balón, que el
nigeriano remató fuera. En una acción que podía haber
supuesto el segundo y, por ende, cambiado el panorama.
Lejos de tirar la toalla, los linenses seguían a lo suyo.
Así Miguelez intentó sorprender a Lledó con un taconazo que
el meta sevillano blocó sin apuros. Insistiendo por la
izquierda con un balón de Jorge Herrero a Joseph, quien puso
el pase de la muerte, obligando a Sandro a cortar, desviando
el brasileño el esférico por encima del larguero. En lo que
pudo suponer la igualada. Un empate que no tardaría en
llegar, ya que, a la media hora de juego, Lledó despejó de
puños hacia el propia portería un saque de esquina.
Estableciendo el uno a uno.
Como viene siendo habitual durante toda la temporada, el
conjunto caballa acusó el gol en contra. Pasando a regalar
balones al contrario, que pudieron hacer la herida mucho más
grande. Como el obsequio de De Lerma a Manrique que éste
mandó a las nubes. O el de Sergio Castaño a Miguelez que
tuvo idéntico destino que el anterior. Una falta de ambición
por la que ambos equipos se marcharon al descanso con tablas
en el electrónico. Eso sí, los locales acompañados de pitos
por parte de la afición caballa.
En la segunda parte la Balona cedió la posesión del
esférico, echándose atrás. Cuando se evidenciaron las
carencias de los caballas, que se estuvieron estrellando
contra la ordenada zaga rival durante veinte minutos
tediosos. Intentándolo con disparos lejanos como los de
Alberto y De Lerma. Dejando metros a los balonos que
intentaron explotar por mediación de Joseph, quien robó un
balón en campo caballa, avanzó y disparó con pierna
izquierda obligando a Lledó a emplearse. Acción tras la que
empezaron a creer en sus opciones. Viendo que los suyos
carecían de pegada, Carlos Orúe fue introduciendo caras
nuevas, que tampoco cambiaron el decorado.
En la recta final de partido, viendo lo que parecía
impensable, Baby adelantó a los suyos, y le dio buenos
resultados. Así, a base de presión, Bernat perdió una pelota
ante Copi quien, completamente solo, disparó flojo a las
manos de Lledó. Algo que se repitió cuando Manrique robó el
enésimo balón en el centro del campo, se marchó sin
oposición y, en los últimos metros, cedió a Copi en un
exceso de generosidad, para que entre Lledó y Pepe Martínez
sacaran un balón rematado finalmente por Marín que se fue
rozando la escuadra.
Ya en los estertores del encuentros, los ceutíes tendrían la
suya, al cabecear Elvis completamente solo un balón que le
llegó caído del cielo. Pero nada, se fue alta. Por lo que,
si en este equipo tampoco funciona el nigeriano, es para
pensárselo. Concluyendo la cita con la expulsión de Bernat
Alomar por doble cartulina amarilla y el acoso a la portería
de Lledó, que salvó un punto. Un punto y gracias, ante el
colista. El que sirve para darle el descabello a un equipo
que manseó y se fue a los corrales con una sonora pitada del
respetable.
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