Llevo unos días en plan cantaor de
altura. Bueno, la verdad por delante, más bien que cantaor
de letrista a pesar de que, todo hay que decirlo, que las
letras de las que más entiendo son esas que hay que firmar.
Cómo sería mis conocimiento de esas letras que las firmo
apaisadas y hasta por el reverso.
Cantar, lo que se dice cantar, soy la negación absoluta.
Vamos el público me aplaudiría menos una actuación, que le
votan al más inteligente de esta tierra para cada elecciones
a las que se presenta.
Para que se den una idea, de cómo seré de malo cantando, les
voy a contar una anécdota. Cierto día, hace años, don
Antonio Mairena, maestro de maestros del cante jondo,
intento enseñarme una salida por fandangos, acompañado a la
guitarra del maestro Paco Cepero, y a los diez minutos, el
maestro desesperado, no tuvo más remedio que desistir,
mientras me decía “lo tuyo no es el flamenco. Lo tuyo es
hablar por el micro”. ¡Que razón tenía, el maestro de
maestros.
Así que ni lo intento, pero viendo que hemos tenido que
acudir a Málaga, para que nos representen en el concurso de
mises de España, con las de mujeres guapas que hay en
nuestra tierra, la cosa me ha sentado mal, qué quieren qué
les diga.
Si de algo podemos presumir en Ceuta, es de la cantidad de
mujeres guapas que tenemos. Que va uno por la calle y le
duelen hasta los caballitos del pescuezo de tanto mirar
hacia un lado o hacía otro, contemplando las bellezas sin
igual de la mujer caballa. Lo siento pero no estoy de
acuerdo. Aquí tenemos bellezas para dar y repartir.
La culpa de que me gusten tanto las mujeres, la tiene la
santa de mí madre, que me apunto en el sindicato machotal
antes de nacer. Me encantan las mujeres, y más las de mi
tierra, hasta los cien años. Y no es que a las que cumplen
cien años no me gusten es que, a esa edad, se vuelven
caprichosas y nada más que saben pedirte que las lleve a
Miami o a Cancún, y encima con la crisis que tenemos.
En esto de las mujeres siempre me aplico la canción de mí
compadre Pepe La Rosa. Esa que dice: “Pero fea, fea / no hay
una mujer fea /Pero fea y con ganas / No hay una mujer fea
por la gloria de mí hermana / Y si algunos me contradicen /
a las pruebas me remito / Tráiganme una mujer fea / Yo le
encontraré algo bonito/.
O sea, con toda claridad, con las mujeres guapas de esta
tierra mía, no me gusta que nos represente una chica de
Málaga que, por cierto, es muy mona. Las cosa claras.
Lo de presentarse a mister España, entiendo que no se haya
querido presentar ningún ceutí, en cuanto al gracioso de
turno le ha dado por decir que me presento yo.
Lo entiendo perfectamente quién, presentándome yo, se va a
atreverse a presentarse, enfrentándose a este pedazo de
cuerpo serrano, pastilla de chocolate y músculos para dar y
repartir, Sería una perdida deliberada de tiempo.
Que conste, en acta, que no tengo la culpa de tener este
pedazo de cuerpo. A veces me miro al espejo y veo un cuerpo
tan perfecto que me entran ganas de darme un corte en las
mejillas.
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