La Ciudad Autónoma ha iniciado una
serie de actuaciones tendentes a aligerar de ilegalidades
situaciones que proliferan en exceso y que dañan al bien
colectivo. La referencia clara se circunscribe a aquellos
negocios que se abren de la noche a la mañana en locales
ocultos gestionando clandestinamente desde su interior
negocios habitualmente destinados a la alimentación. La
Policía Local, es decir, Gobernación junto con la Consejería
de Fomento y la de Sanidad y Consumo han dado ya tres golpes
en poco más de una semana contra la actividades ilícitas
referidas a alimentos. Verduras, frutas, carne...
Actividades éstas que, además de atentar contra la salud
pública por no poder ofrecer garantías de calidad para el
consumo humano, atentan directamente en competencia desleal
contra aquellos negocios legalmente establecidos, regulados
y con empleados a los que la clandestinidad de estas
actividades les afecta en exceso perjudicando sin duda la
continuidad de sus empresas.
Precisamente por ello, la Policía Local ya ha protagonizado
tres actuaciones de importancia con el decomiso de una
partida de whisky de dudosa procedencia, o con ocasión del
resgistro de un local dedicado a la hostelería; o finalmente
como última actuación la llevada a cabo en la mañana de ayer
en Príncipe Alfonso donde se dio con un local clandestino en
el que se almacenaba casi una tonelada de carne vacuna,
ovina y aviar junto con ocho reses en un corral anexo. Y
todo ello sin licencias, permisos, ni garantías
higiénico-sanitarias ni de seguridad alimentaria.
A todo ello ha de añadirse los ‘golpes’ que casi cada fin de
semana da la Policía Local en portones, o pequeños locales
donde se almacena fruta y verdura también clandestinamente.
Estas actividades, más allá de proporcionar unos ingresos a
quienes se dediquen a ello, perjudica seriamente la
estabilidad comercial de un sector, el de la alimentación,
muy regulado y controlado por lo que de salud comporta a la
ciudadanía.
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