PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales

 

 

política - LUNES, 23 DE MARZO DE 2009


j. luis arostegui (I) y mohamed alí (D). ep.

analisis
 

La primera, y en la frente

El líder en la sombra del PSPC, Juan Luis Aróstegui, da por bueno y así lo ha anunciado, el acuerdo con UDCE pese a que el partido de Ali aun no lo ha discutido ni aprobado en su Ejecutiva, donde hay divisiones
 

CEUTA
Antonio Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Cualquiera que sea mínimamente avezado en la historia política de esta ciudad. Cualquiera que haya vivido más o menos de cerca la intensidad del día a día del Ayuntamiento de Ceuta en los últimos veinte años y su evolución socioeconómica desde finales de los ochena hasta acá, sabe que el representante terrenal en nuestra ciudad de la Santísima Trinidad, Juan Luis Aróstegui [líder político, sindical y ariete en la Docencia] lleva la última década a lomos de una representatividad social forzada por su ego e incombustible necesidad de sobresalir y permanecer en el escenario público. Le ha importado bien poco que su PSPC manifieste síntomas de un agotamiento claro, recordado cada cuatro años por los ceutíes durante algo más de doce años, y poco le importa además encorsetar a Comisiones Obreras como instrumento de sus intereses políticos porque le da la opción de ‘jugar’, desde ese balcón sindical, a la politica local de la que le echan permanentemente los ceutíes. Este Fraga a lo pobre, localista y autodefinido como progresista pretende hacerse con la marca UDCE a través de un acuerdo ‘de cohesión’ con el que asomarse directamente y por la vía más rápida a las tablas de la Asamblea de Ceuta que no huele desde hace más de doce años cuando era aún exclusivamente Ayuntamiento.

Curiosamente el pasado mes de enero, un encuentro entre UDCE y PSPC vaticinaba lo que podría ser una entente política que llevara peso a esta ‘unión’ localista-progresista a las próximas elecciones locales, pero la lealtad y el trabajo conjunto se convierte en una quimera en manos de Aróstegui quien almacena en su ‘curriculum vitae’ político-sindical casos tan, en su día explosivos, como Continente o Ciudad Límpia. Las hemerotecas están para consultarse porque quien olvida el pasado se convierte en candidato para cometer los mismos errores de antaño.

Alí, joven político que ha logrado alcanzar cotas interesantes y potencialmente considerado como una posible futura figura política, ha cometido el error de encomendarse a quien mantiene no un barco, una balsa a la deriva. Hablan de lealtad y de trabajo conjunto, pero Aróstegui ya le ha faltado tiempo de airear, como válido absolutamente, una previsión de acuerdo que él ya da por bueno en nombre del PSPC [formación que maneja con omnipotencia] pese a que las bases de UDCE, y aún más, su Ejecutiva no sólo no lo ha aprobado aún, sino que ni siquiera se ha llevado todavía a discusión. De modo que Aróstegui demuestra a las claras que quien maneja el ‘tempo’ es él. A la ‘mierda’ el trabajo de UDCE y de sus bases para alcanzar los éxitos electorales en una ciudad que le da permanentemente la espalda al PSPC.

Desde luego, en esto del acuerdo UDCE-PSPC no hay unanimidad en el seno del partido de Mohamed Ali. Las voces disonantes al respecto evidencian que esta travesía-aventura le puede costar más de un disgusto a Alí y muchos dolores de cabeza para controlar por un lado, a los disgustados de su partido y por otro los ‘arreones’ de a quien le puede el manejo y el control de la situación por creerse ‘tocado’ con la mano divina de la sabiduría.

Aróstegui acusa a los medios de estar ‘controlados’ por el Gobierno local, ‘la sartén le dijo al mango’. En esta ceremonia de la confusión gusta de manejarse el ‘Sumo Sacerdote del Culto a Júpiter’, por aquello de los dardos de los jueves [En época romana los sabios seguidores de este Dios lanzaban sus dardos-palabras como simbolismo del rayo de Júpiter. Aunque Cicerón les acusaba de abusar de falsos testimonios y de perjurar con el fin de mantener un poder paralelo a Roma]. Demasiadas coincidencias.

La predisposición a los manejos, estrategias permitida por la plataforma pública que le brinda desde hace décadas su apoyo a Aróstegui para uso y abuso de una influencia más autocreída que real, forma parte de la deslealtad permanente de quienes, paradoja, apelan precisamente a una lealtad que ni conocen, ni profesan.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto