LUNES. 16
Juan José Coronado sabe que lo aprecio. Y que
aprovecho cualquier ocasión para hacerle el artículo que
merece como periodista. Y él me corresponde siempre con ese
buen talante con que se maneja diariamente. Ayer me llamó
por teléfono a prima mañana para decirme que me había leído
ya el artículo titulado ‘Necrologías’ y que necesitaba
decirme que, aunque es corresponsal de ‘El Diario El Mundo’,
desde su periódico no suelen pedirle opinión para elegir a
las personas más influyentes de Ceuta. Le dije que si estaba
molesto por nominarle en mi columna, y me contestó que no. Y
a partir de ahí charlamos unos minutos con tranquilidad. Y
pude enterarme de que las personas consultadas para elegir a
los señores más influyentes de esta tierra pertenecen a la
Cadena SER, a la Agencia efe, y a otros medios locales. Eso
sí, jamás se le ha consultado al director de ‘El Pueblo de
Ceuta’: tal vez porque este periódico a medida que va
creciendo sigue despertando envidias cuyas toxinas
terminarán por envenenar a quienes padecen semejante
sentimiento de tristeza. Así que para ese padecimiento no
nos queda más remedio que recetar lo de costumbre: Ajo y
agua.
MARTES. 17
La noticia del día es que han destituido a Benigno
Sánchez: entrenador de la Asociación Deportiva Ceuta.
Dicen los directivos que el despido se ha producido porque
el equipo lleva una racha en la cual no consigue ganar. El
mismo problema de siempre. En realidad, el presupuesto del
equipo es de los que obligan a los profesionales a estar
entre los cuatro primeros. Y los ceutíes no han gozado de
esa clasificación en todo el año. La plantilla es amplia y
está compuesta por jugadores de valía. Al menos es la
impresión que yo he sacado durante las veces que he visto
jugar al equipo. En lo tocante al entrenador, debo decir que
ha estado sobrado de gestos superfluos y le he faltado
decisión para manejar los partidos cuando el equipo se ha
adelantado en el marcador. Pues una cosa es hacer la
alineación y otra saber desenvolverse en el banquillo, para
ayudar a los futbolistas en los momentos cruciales. Todo
hace creer que el nuevo entrenador será Carlos Orúe. El
jerezano que dijo que necesitaba un segundo entrenador
porque se aburría mucho en Ceuta. Quedan nueve partidos y
todavía hay posibilidades de éxitos. En fin, un gasto más
que sumarle a un derroche de dinero.
MIÉRCOLES. 18
Llevo ya varios años observando a Habab Alí, jefe de comedor
del Hotel Tryp. Y hace tiempo que llegué a la conclusión de
que es un profesional extraordinario. Un gran tipo. Una
persona que disfruta desempeñando su trabajo y a quien sus
compañeros distinguen a cada paso con los mejores elogios.
Alí es de los que saben aunar voluntades a fin de que el
trabajo además de realizarse bien se haga a ser posible con
la mejor de las sonrisas. Educado, amable, y atento a todos
los detalles, está siempre presto a hacerle la vida
agradable a los clientes. Ayer, precisamente, estaba yo en
una reunión en la barra de la cafetería, y todos los
componentes de ella coincidimos en que Alí es maître de los
pies a la cabeza. Por algo será.
JUEVES. 19
El martes pasado, por medio del teléfono, hablé con
Francisco Márquez, consejero de Hacienda, con el fin de
ir preparando una entrevista para la revista Siglo XXI. Y
los dos decidimos vernos hoy en La Pérgola. Dado que a ambos
nos gusta comer en ese restaurante. Pero contra todo
pronóstico el tiempo jugaba en contra de la reconocida
puntualidad que distingue al consejero. Y llegó un momento
en el cual comencé a pensar mal de alguien que tiene bien
ganada fama de cuidar mucho los detalles. Aunque pronto
deseché esa idea por entender que podría estar enfermo. Y
acerté, desgraciadamente. Pues FM no acudió a la cita porque
se encuentra bajo tratamiento médico y sin salir de su
domicilio. Así que aprovecho la ocasión para desearle una
mejoría rápida, y de paso decirle que yo compartí mesa y
mantel con Miguel Ángel Vallejo y Concha, su
mujer. Y además de comer muy bien, me lo pasé bomba. Lo
dicho, consejero, a mejorarse pues.
VIERNES. 20
Cuando dije que me aburría teniendo que escribir de Juan
Luis Aróstegui, fechas atrás, no pensaba yo ni por asomo
que éste pudiera darme tantos motivos para obligarme a pasar
por ese castigo de referirme a él, no una vez a la semana
sino dos o tres veces. Es como si el secretario general de
CCOO disfrutara provocándome con el único fin de que yo,
aunque sea entre bostezos, decida responder a los rebuznos
de un hombre que se las da de ascético, que es ambicioso,
que ahora va presumiendo de piadoso, y que, tomado por el
rencor permanente, se muestra cada día más desvergonzado
haciendo declaraciones. Otra vez ha vuelto a meterse con los
medios de comunicación. No escarmienta. Y, claro, no tengo
más remedio que ponerle a caldo. Ha dicho que las
televisiones y los dos periódicos de la ciudad están
controlados por el Gobierno presidido por Vivas. Pues bien,
a ver cuándo ese control férreo que existe, según él, le
impide ser la persona que más facilidad tiene para
aprovecharse de las ventajas que ofrecen los referidos
medios. En los que cuando no está escribiendo está hablando
o haciéndose el artículo o insultando a todas las
autoridades que no sigan las normas que él quiere imponer en
esta ciudad. Demostrado está que el muchacho de CCOO tiene
una jeta que se la pisa.
SÁBADO. 21
Muchas han sido las veces que he dicho lo bien que me cae
Alejandro Sevilla. Hoy le he visto venir a cierta distancia,
acompañado por un amigo, y no me he movido del sitio en que
estaba para poder saludarles. Sevilla, una vez más, me ha
embarcado en su muleta de la amabilidad y me ha tenido
entregado a su causa hasta que nos hemos despedido. El amigo
que iba con Alejandro, que ahora no caigo cómo se llama,
dijo conocerme desde hace ya muchos años. Y debe ser así,
puesto que refirió pasajes de mi vida que eran ciertos. En
fin, que decidí invitarles; pero ambos me dijeron que debido
a algunos alifafes no podían aceptar mi invitación. Aunque
todavía tuvo tiempo Alejandro para decirme cosas muy
agradables y que le agradezco muchísimo. Las cuales me
obligan a seguir empeñado en que no tenga él que cambiar de
opinión. Gracias, amigo...
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