Dice un refrán, esa cosa que yo
admiro tanto como los fandangos, por considerarles
sentencias de la vida que: “No hay sábado sin Sol, ni mocita
sin amor”. Y si eso dice el refrán debe ser verdad, que para
eso es un refrán. Claro que pienso que eso debe ser verdad,
en cuanto se vaya el asqueroso tiempo de levante que estamos
soportando.
Tengo que decir y digo, que eso del Sol y, sobre todo, el
amor me emociona, haciéndome retroceder en el tiempo, a mis
años mozos donde el amor era pura vida. Bueno, del amor,
sigo pensando lo mismo que en aquellos años. Ya lo dijo
aquel “has el amor, no hagas la guerra”. Y en cuanto escuché
la frase me apunté, sin pensármelo dos veces, al la misma.
Pero, con todo ello, lo que más me gusta son los domingos,
sólo con pensar que el lunes es día de descanso, sin tener
que pegarle a las teclas de este bicho malvado llamado
ordenador.
Sólo en pensar que le lunes no tengo curro, ni que juntar
letras, me entra el libido de la emociones fuertes y me
dedico a escribir, olvidándome de la política, de los
políticos y del resto de los asuntos que te hacen sentir
mal. En una palabra que trato, por todos los medios a mi
alcance, de escribir algo que sea divertido.
Decía la sabia de mi abuela que: “cuando el diablo no tenia
nada que hacer mataba moscas con el rabo”. Y como, hoy, no
tengo nada que hacer, me ha dado por escribir la letra de un
tanguillo gaditano. Eso sí, se lo voy a dedicar a mi
compañero de fatigas y sin embargo amigo, Manolo de la
Torre, para que lo baile por “detalle”. Oiga que, Manolo,
bailando por “detalle”, es un fenómeno, que lo han visto
estos ojitos que se han de comerse los asquerosos de los
gusanos. Va por ti, amigo.
De Murcia nos llegó un entrenador / Y en Ceuta casi dos años
se quedó / ¡¡Si señor!! / Probó el bonito seco y el volao /
Y dijo de aquí no me muevo yo / ¡¡Si señor!! / Al principio
la cosa funcionó / Y el Ceuta la liguilla de ascenso jugó /
pero no ascendió ¡¡Vaya por Dios ¡! / Ante la gesta que
Benigno realizó / el escudo de oro se le entregó / el
entrenador todo emocionado cantó / illa, illa illa, esta
tierra es una maravilla / seguro que en el gobierno hay
algún cañaílla / Si en Ceuta yo fuera alguien / iba a hacer
un pacto de gran gobernante / fama y dinero todo lo iba a
dejar / Para poner a Gordillo en un pedestal / La cosa se
complicó / y a falta de nueve jornada la directiva lo cesó /
Y Benigno con lágrimas en los ojos se despidió de toda la
afición / Lo hizo cantando la misma canción / Si en Ceuta yo
fuera alguien / iba a hacer un pacto de gran gobernante…/.
Por supuesto que escribiendo letras de canciones, no soy
León y Quiroga, ni el maestro Ochaita. Sólo es una broma de
tanguillo gaditano, con el único deseo que me lo baile por
“detalle” mi amigo Manolo. Lo qué yo sea el cantaor del
mismo, va a ser mucho más difícil, prefiero que lo haga, ese
pedazo de compañero gaditano que es Parodi.
En serio, la verdad, no entiendo muy bien el cambio de
entrenador a falta de nueve jornadas. Es un gasto más que
añadir a la no muy boyante economía del club. El Ceuta
necesita ganar, al menos, siete encuentro de los nueves que
restan. Ojala los gane.
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