Viendo que todos los países
tratarán de satisfacer sus necesidades de agua en un
contexto de recursos hídricos limitados, algunos prevén un
futuro lleno de conflictos. Sin embargo, la historia nos ha
enseñado que la cooperación y no el conflicto, es la
respuesta más común frente a las cuestiones relacionadas con
la gestión de los recursos hídricos transfronterizos.
Durante los últimos 60 años se han concertado más de 200
acuerdos internacionales relacionados con el agua, y tan
sólo se han denunciado 37 casos de uso de la violencia entre
los Estados, en cuestiones relativas a los recursos
hídricos.
Hay suficiente agua dulce para satisfacer las necesidades de
todos, sin embargo los recursos hídricos no están
equitativamente distribuidos y, a menudo, no son gestionados
de manera adecuada. Es importante seguir fomentando las
oportunidades de cooperación que la gestión de los recursos
hídricos transfronterizos puede proporcionar.
Y es que el agua es uno de los inquilinos con más solera en
nuestro planeta. Es un elemento fundamental para el ser
humano puesto que nuestra supervivencia depende en alto
grado de la concentración de la misma en nuestro organismo.
Este precioso líquido inodoro, incoloro e insípido ocupa
tres cuartas parte de la superficie de la Tierra. Además, el
papel que juega el agua en nuestra salud es indispensable.
Una buena gestión del agua por parte de las
administraciones, la racionalización de su consumo y el
aprovechamiento razonable de este elemento vital aportará la
necesaria calidad de vida para la ciudadanía en unos
momentos en los que, pese a que hay agua para todos en el
planeta, el reparto no es del todo equilibrado. En Ceuta
contamos con infraestructura suficiente para el
abastecimiento poblacional, pero hemos de ser conscientes,
dada las experiencias históricas anteriores, que el actual
nivel de embalsamiento de agua en nuestros pantanos [más del
90%] nos debe hacer mejores consumidores y usuarios de este
bien público a veces tan escaso aunque vitalmente necesario.
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