‘A buenas horas’, habría que decirle a la directiva de la AD
Ceuta, por haber tardado cuatro meses en acometer el relevo
en el banquillo. Tiempo que habría tenido Carlos Orúe, o
cualquiera que hubiera sustituido a Benigno Sánchez, para
hacerse con las riendas del vestuario caballa y convertirlo
en un equipo. En lugar de los tres días que tuvo el técnico
jerezano para preparar su estreno contra un conjunto tan
trabajado como el Real Jaén, ante el que los ceutíes se
jugaron su último cartucho por alcanzar la fase de ascenso;
saliéndoles el tiro por la culata. Y es que, aunque los
caballas mejoraron la imagen ofrecida las últimas semanas,
claudicaron ante un rival mucho más maduro, que supo
aprovechar un despiste defensivo del oponente, surgido de un
desajuste en la zaga a balón de Arriaga y que Esparza puso
en el fondo de las mallas. Después de que los ceutíes
malgastaran infinidad de acciones de estrategia, que nunca
hicieron temer a Dani por la integridad de su marco.
Eso sí, la contienda estuvo muy igualada hasta que los
jieneses lograron adelantarse en el marcador. Planteándose
un choque táctico, un partido de poder a poder entre dos
equipos bien plantados, que evidenciaron conocerse a la
perfección. Por lo que las ocasiones llegaron con
cuentagotas para ambos bandos. Dos escuadras que necesitan
de espacios para hacer daño al contrario o, llegado el caso,
explotando su capacidad para sacar rendimiento a la
estrategia. Un arma que, en el primer tiempo, ninguna de las
partes supo rentabilizar.
Las hostilidades las rompieron los locales, a raíz de una
falta lateral botada por Calderón, despejada por la zaga
caballa, que acabó con un disparo elevado del propio
Calderón. Quien poco después puso un balón a la cabeza de
Arriaga, sin que éste encontrara portería. De cabeza
estuvieron a punto de adelantarse los de Carlos Terrazas,
aunque a raiz de una cesión de Juanfran a Lledó, pero
milagrosamente se marchó a saque de esquina sin encontrar
puerta. Un susto que pudo costar caro y que supuso un córner
que también llevó peligro. Ya que, en el primer palo,
Solabarrieta puso a prueba los reflejos de Lledó con un
remate en escorzo que el sevillano se quitó de encima.
El equilibrio era la nota predominante del encuentro, como
consecuencia de la presión ejercida por unos y otros en la
medular. Aflorando viejos vicios en el bando caballa, como
el hecho de que Elvis estuviera muy solo, que se abusara del
balón en largo o la ineficacia a balón parado, al quedarse
los balones cortos una y otra vez. Por lo que hubo que
esperar a que se cumplieran los primeros veinte minutos,
para ver el primer disparo del Ceuta, en este caso de Elvis,
que se marchó muy desviado. El mismo destino que un centro
chut de Álvaro desde la diestra. Aunque la más clara surgió
al botar Pepe Martínez un libre directo que se estrelló en
la madera. La única acción de ´estrategia´, puesto que el
resto de acciones a balón parado fueron repelidas por la
zaga local. Encomendándose a las individualidades. Y así, a
base de arreones, Álvaro lo intentó por dos veces desde la
frontal, topándose con un acertado Dani. Llegándose al
descanso, entre alternativa y alternativa.
En la segunda mitad, y a sabiendas de la importancia de
sumar los tres puntos en litigio, los ceutíes dieron un paso
al frente. Avisando con un remate lejano de Javi Navarro que
no encontró portería. Unos minutos en los que los locales se
mostraron incómodos, empezando a ponerse nerviosos. Sin
embargo, los jienenses son un equipo bien trabajado y ,
cuando peor lo estaban pasando, fueron capaces de
adelantarse gracias a un pase de Arriaga a la espalda de la
defensa que Esparza se encargó de llevar al fondo de las
mallas. Consiguiendo un tanto que dejó tocados a los
ceutíes, entrando en un querer y no poder. Otro vicio
heredado que Carlos Orúe intentó enmendar, moviendo el
banquillo. Dando entrada de forma progresiva a Txiki, Álex
Colorado y Anxo, acabando con David Fas en el lateral
derecho y Elvis como extremo. Intentos baldíos porque de ahí
al final de la contienda, y con más de media hora por
delante, de lo poco reseñable, una falta lateral sacada por
David Fas, que se paseó por delante de la portería sin
hallar rematador. Estando más cerca el segundo para los
jienenses que el empate, como evidenció Álex García al
desperdiciar un mano a mano con Lledó.
A medida que se fue acercando el final de partido, lo
intentaron con más corazón que cabeza, como demostró Álex
Colorado al rematar a las nubes un balón suelto en el
interior del área. Un Ceuta inocente que nunca dio la
sensación de poder empatar, teniendo en cuenta que, en los
últimos minutos, los locales demostraron su superioridad.
Una realidad que Carlos Orúe no pudo cambiar en tres días de
trabajo y que pone de manifiesto la enorme tarea que el
jerezano tiene por delante.
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