No se ha encontrado Carlos Orúe
una herencia muy boyante, dejada por parte de su antecesor
en el cargo, Benigno Sánchez.
Y no es boyante, porque lo primero que tiene que hacer es
salvar a cinco contrincantes, en tan sólo 9 partidos, y para
más “INRI” las salidas que tienen los ceutíes son a campos
cuyos equipos van a estar luchando por lo mismo que el
Ceuta, y si bien es cierto que un triunfo allí valdrá su
peso en oro, todo lo que no sean los tres puntos es ir
perdiendo cada vez más terreno.
Carlos Orúe sabe lo que es este equipo, o sabía lo que era,
pero mucho me temo que por todos los problemas que se dieron
a lo largo de la temporada, con resultados muy inferiores a
los esperados, lo que el nuevo técnico va a tener que
recomponer es un equipo conformista, que no sabe a lo que
juega y en el que, quien más, quien menos, tratará de ir
tomando posiciones para la próxima temporada.
Carlos Orúe, profesional donde los haya, aquí y ahora, tiene
muy poco que ganar y sí mucho que perder, salvo si logra el
ascenso.
Todo lo que no sea ascender le van a decir que no sirve de
nada, porque los triunfos se achacarán a lo hecho desde
antes y las derrotas las pondrán en su “debe”.
Hoy sábado, en Jaén, se verá si hay, de verdad, cambio en
las ganas de llevarse los puntos o si se sigue jugando a
pasar el tiempo.
Los tres puntos de Jaén serían un acicate especial, teniendo
en cuenta que el miércoles hay que enfrentarse al equipo de
la Balona, aquí en Ceuta y ese partido, con optimismo,
podría ser de victoria clara y contundente.
Sin embargo, el partido ese de la Balona es de otra guerra,
los puntos, aunque también sean tres, poco influyen en el
mano a mano con Melilla, Puertollano, Conquense ... . Así
están las cosas.
Y luego, también es mala suerte el asunto de las lesiones,
con lo que, por si era poco lo que había, ahora el técnico
ceutí tendrá que improvisar un defensa derecho, al ser baja
para varias jornadas Duque.
Un problema añadido, al problema de media temporada que ha
supuesto la ausencia, por lesión, en muchos encuentros, de
Fran Amado, cuyos goles se han dejado notar en el “debe” del
equipo caballa.
Que se puede salir airoso de esta situación, sí se puede,
“en plazas más complicadas ha tenido que torear Carlos Orúe”,
pero no deja de ser un duro handicap que, a estas alturas
del campeonato, no debiera haber tenido la AD Ceuta.
Cuando el pasado domingo, ya en la segunda parte, marcó el
Polideportivo Ejido, alguien en la cabina de prensa me
decía:”Me parece que este año nos vamos de vacaciones en
mayo”. Largas vacaciones, de ser así, y con ello el fracaso,
otra vez, de un proyecto millonario que habrá que revisar en
el futuro, porque gastarse dinero para tener equipo solvente
está bien, pero que con el dinero público estemos como vamos
marchando esta temporada, cuando menos, es para pensar en
qué, cómo y dónde se está gastando ese dinero.
El Ceuta no es que esté acostumbrado a estar en 2ªA, puesto
que desde la temporada 1980 – 1981 no ha vuelto a estar en
esta categoría, pero sí está acostumbrado a ser un equipo al
que se respete siempre fuera de casa. Ahora no pasa eso.
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